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La venta de boletos para la final de vuelta entre Cruz Azul y Santos en el Estadio Azteca se abrió a las 11 horas, y a las 11:15 ya se había terminado.
En poco tiempo las entradas para el juego del domingo a las 20:15 horas, se terminaron.
Hay quienes dicen que en menos de un minuto desaparecieron. De inmediato las quejas por redes sociales comenzaron y muchas de éstas dirigidas a la Procuraduría del Consumidor, en busca de una solución, en busca de un rescate.
No hubo contestación.
Al poco tiempo, en el sitio de reventa Stub Hub, las entradas aparecieron a la venta elevando su precio hasta en un 500 por ciento. El valor original de las entradas era de: 450 en Capacidades Diferentes, 400 en la Zona lateral, 600 en cabecera alta, 700 en cabecera baja; 850 en plus y en asiento club y palco club 2,200.
La paradoja fue que en el sitio de reventa el precio de un boleto apareció hasta en 30 mil pesos, aunque por la tarde-noche anunció que ya no había entradas disponibles en existencia.
Para la final, el Azteca sólo autorizó la entrada de 25 por ciento de su aforo, alrededor de 21 mil personas. Aunque la directiva de La Máquina quiso aumentar la cifra, el Gobierno de la Ciudad de México se negó.
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