El Barcelona mantuvo hoy su condición de invicto en la presente edición de la Liga española de futbol al conseguir un empate 1-1 en casa del Espanyol a última hora gracias a un gol salvador de Gerard Piqué.

El Barcelona salvó su racha para sumar 18 victorias y cuatro empates en la Liga española. Esta vez estuvo cerca de caer, pero Piqué acudió a su rescate para defender el récord de 22 partidos sin perder en el torneo español, la mejor marca de su historia.

El partido de rivalidad entre los dos equipos no defraudó a pesar de comenzar con la sorprendente suplencia de Lionel Messi y el líder español contestó por mediación de Piqué a un tanto anterior de Gerard Moreno, quien a punto estuvo de tumbar a los azulgranas en la disputa de la vigesimosegunda jornada.

El Barcelona estaba avisado, pues el Espanyol ya le había ganado 1-0 en la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey a pesar de que luego fuera el equipo azulgrana el que pasara. Además, el conjunto local actuó extramotivado después de sentirse menospreciado por unas recientes declaraciones del propio Piqué y de Sergio Busquets.

La primera noticia llegó con la alineación de Ernesto Valverde, que dejó en el banquillo a Messi por primera vez en la presente edición de la Liga. También se quedaron fuera titulares como Jordi Alba, Sergi Roberto o Ivan Rakitic.

La primera parte fue muy igualada, aunque pasaron muy pocas cosas. Principalmente, un disparo de Coutinho que se estrelló en la madera. Fue todo lo que hizo el flamante y multimillonario fichaje del Barcelona.

El paso de los minutos bajo una insistente y copiosa lluvia haría enorme mella en el estado del terreno, que se llenaría de charcos durante la segunda parte. A esta contingencia se adaptaría mejor el Espanyol.

A la hora de juego entró Messi, pero su impacto en el juego fue en un primer momento reducido, más allá del centro para el gol del empate de Piqué. El agua no favorece precisamente sus características. Poco a poco, el Barcelona comenzó a diluirse mientras su rival comenzaba a volar por encima de los charcos.

El gol local llegó a los 66 minutos. Ter Stegen sacó mal desde su arco y Digné no actuó con la contundencia exigida. De tal forma que la pelota se fue hacia Sergio García, quien puso un espectacular centro para que Gerard Moreno cabeceara a la perfección. Fue un gol de una factura impecable que llevó el delirio a la hinchada local.

Entonces el Barcelona se fue arriba con todo a pesar de las dificultades que ofrecía el campo y logró su objetivo a ocho minutos del final en una falta enviada por Messi y rematada por Piqué, el jugador más odiado por la hinchada local.

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