Vaya sorpresita se llevaron, el sábado, los aficionados que acudieron al estadio Hidalgo y quisieron entrar a alguno de sus sanitarios, sin importar la zona.
En uno de los partidos con más convocatoria para el Pachuca en el campeonato, frente al Guadalajara, el inmueble careció de agua, al menos en las zonas destinadas para los aficionados, porque —al término del juego— los futbolistas de ambos clubes salieron bañaditos.
El caos se desató desde la primera mitad. Asistieron poco más de 27 mil personas al estadio, lo que generó que los baños terminaran en condiciones lamentables. ¿No que es un club de primer mundo?