Simple y sencillamente, al
se le fue vivo. El equipo Rojinegro , no debió ganar, debió golear a los Pumas , que semana a semana muestran que lo pasó en las primeras jornadas fue un espejismo, y que son un equipo del montón. El marcador, un empate a cero goles, no hace justicia a lo que sucedió en la cancha, donde Alfredo Talavera se volvió el héroe del juego.
Muchos dirán, y dirán bien, Camilo Vargas tuvo trabajo y es verdad, lo tuvo, pero lo resolvió de buena forma, pero esto fue propiciado por los espacios que dejaron los atlistas por las ansias de ir por el juego, de demostrar con goles su superioridad en la cancha. Atlas lo intentó de todas formas. Jugando en largo, lo que mejor hace, llegando acompañados, desbordando, con tiros de larga distancia y nada.
El muro de los Pumas no se agrietó, y cuando el balón logro pasar, Talavera se empleó a lo grande. El equipo que dirige Diego Cocca escandidato a repetir el campeonato. Son sólidos, generan mucha llegada. Ahora Julio Fuch y Julián Quiñones estuvieron erráticos a la hora de definir, pero en cuanto encuentren el marco, marcarán la diferencia. No van a enfrentarse siempre contra porteros de la calidad de Talavera .
Algunos explotaran diciendo que los Pumas fueron dignos oponentes, pero no. Son un equipo que defiende en bola y ataca en solitario. Pocos acompañamientos, pocas jugadas para demostrar que hay armonía en la cancha. Generaron, sí…, pero más que nada por esfuerzo individual. Dieron un buen partido, pero no lo perdieron porque Atlas no lo quiso ganar. .