Sevilla

y Liverpool sellaron hoy un espectacular empate 3-3 en estadio Sánchez Pizjuán tras un partido loco que dejó el Grupo E de la Liga de Campeones todavía por definir.

El conjunto inglés se fue al descanso con ventaja de tres goles gracias a dos tantos de Firmino y otro más de Mané, pero el Sevilla reaccionó en la segunda parte e igualó con dos tantos de Ben Yedder , uno ellos de penal, y otro del argentino Guido Pizarro en el descuento entre el clamor del Sánchez Pizjuán .

El Liverpool tuvo el pase matemático en la mano y lo dejó escapar con su nefasta segunda parte. De tal forma que sigue mandando en el grupo con nueve puntos, uno más que el Sevilla y tres por encima del Spartak de Moscú . Dado que en la última jornada el conjunto inglés recibirá al equipo ruso y que el Sevilla visitará al débil Maribor, que nada se juega, se puede hablar de un grupo de infarto. Ninguno de los tres tiene resuelta su clasificación.

El Sevilla se equivocó en todo durante la primera parte. Ni atacó ni defendió bien. Quedó a merced del Liverpool, que le ganó en todos los detalles. El conjunto de Jürgen Klopp sólo tardó dos minutos en adelantarse gracias a un gol de Firmino en un balón parado pésimamente defendido por el equipo local. El Sevilla tuvo sendos mano a mano, protagonizados por Nolito y Ben Yedder, pero ninguno de los dos lo supo finalizar.

A cambio, el Liverpool volvió a castigar la pasividad del anfitrión a los 22 minutos con otro gol idéntico al primero: golpeo desde la esquina, prolongación y aparición en el segundo palo.

Esta vez fue Mané el autor. A la media hora de juego llegó el tercer gol del Liverpool , obra de Firmino al concluir un contraataque ante una defensa pésimamente ubicada. Muchos espectadores de Sevilla entendieron que el duelo estaba resuelto y abandonaron el estadio antes de tiempo. Gran error. El equipo de Eduardo Berizzo puso cosas que le faltaron en la primera parte -carácter y esfuerzo principalmente- para volver a creer en el milagro. Ben Yedder marcó a los 51 minutos con un hábil cabezazo y sumó su segundo tanto nueve minutos después al transformar un penal.

Entonces el Sánchez Pizjuán entró en combustión. El Liverpool intentó cortar el ritmo del encuentro y enfriar el ambiente, pero no lo consiguió. O al menos no todo el tiempo. La hinchada local se volvió loca en el descuento con un saque de esquina, un grave error en la marca del Liverpool y un remate certero de Pizarro desde cerca para llevar el clamor al Sánchez Pizjuán. De esta forma, tan inesperada como agónica, el Sevilla salvó un empate que le sabe a oro porque mantiene intactas sus posibilidades de clasificarse para los octavos. Estuvo perdido, pero encontró el camino de vuelta.

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