América
revivió ganándole a un muerto. Triunfo de 2-1 sobre su cliente, Cruz Azul que con esto derrota suma otra fracaso, porque prácticamente está eliminado de las finales del torneo.
Pedro Caixinha
no cumplió lo prometido. Dijo que le cambiaría la cara al equipo y no, la estropeó, la minimizó, la humilló. Otra vez la nación cementera se va humillada ante su más odiado rival que otra vez lo elimina y los mete en una crisis más severa.
Y América regresó a la senda del triunfo. Sin Miguel Herrera en la banca las Águilas hicieron lo suficiente, lo mínimo para superar a un muerto. Un buen primer tiempo fue suficiente para volver a gritar triunfo y dejar en claro quién manda en la capital.
Cuando el balón comenzó a rodar se evidenció el plan de Cruz Azul y América. Los cementeros apostaron por jugar a no dejar jugar a las Águilas en tanto que los americanistas se dedicaron a machacar una y otra vez el arco de Jesús Corona .
El plan pareció funcionar con el gol de Edgar Méndez (5'), pero ese tanto fue, quizá, lo peor que le pudo pasar a los cementeros, esa jugada riñónuda de Ángel Mena que terminó en el tanto de Méndez puso más nervioso que contento al equipo cementero, que comenzó a echarse para atrás, perder balones inocentes, y entregar por completo la iniciativa al rival.
Cruz Azul
se mostró como equipo chico defendiendo su gol ultranza, pero era cuestión de tiempo para que América reaccionara. Una y otra vez las Águilas tocaron la puerta por los costados abriendo la defensa cementera, dejando el centro desprotegido.
América no tardó en aprovechar: un rebote del "Cata" Domínguez dejó el balón servido a Mateus Uribe quien fusiló a Jesús Corona para el empate (23') y minutos después las Águilas sacaron la chistera, tocaron el balón a placer para en una jugada iniciada por la derecha, Cecilio Domínguez la culminara por la izquierda para el 2 a 1 (35').
Cruz Azul
ni las manos metió. Murió de nada en el primer tiempo, ante un América que salió con sangre conectado y con ganas de demostrar que en la capital el que manda es el amarillo.
El mejor movimiento de Caixinha para la segunda parte fue sacar a Carlos Peña, porque con el Gullit en la cancha Cruz Azul jugaba con uno menos.
Con el 4-3-3 en la cancha, la Máquina provocó que los laterales de las Águilas se desprendieran al ataque.
Veinte minutos le duró el gas a los cementeros. Tiempo suficiente para que Cauteruccio desperdiciara un mano a mano con Marchesín y para que Martín Rodríguez mandara un disparo al poste.
Después de ese vendaval, América igualó el juego, salió de su zona defensiva para disputar el juego en media cancha.
La desesperación de la Máquina le hizo ganar otra vez la iniciativa. Cauteruccio mandó a volar a Marchesín, y Enzo Roco ya jugaba de delantero.
Todo esto ante la espera de las Águilas que cada vez que podía aprovechaba los espacios dejados por el rival.
Minutos finales de locura, con Cruz Azul echado al frente, oportunidades claras pero no aprovechadas.
Al final, la misma historia de siempre. América gana y Cruz Azul como siempre está eliminado y humillado.