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La futbolista argentina Macarena Sánchez publicó en sus redes sociales un mensaje amenazador que recibió, en el que se observa un arma de fuego y palabras para intimidarla.
Sánchez en enero de este año intimó a su club y a la Asociación del Futbol Argentino (AFA) para que la reconozcan como "trabajadora", lo que puede derivar en la profesionalización del deporte en el país.
"Yo espero ser reconocida como jugadora profesional. Sé que no es fácil porque la Justicia es muy patriarcal acá, es lenta. Sé que tiene para rato, pero espero que se me reconozca como trabajadora y que eso abra las puertas para que todas las futbolistas lo sean", dijo Sánchez en una entrevista con Efe.
La jugadora de 27 años fue desvinculada a principios de enero por UAI Urquiza, su equipo, donde jugó durante siete años, ganó cuatro Ligas locales y la medalla de bronce en la Copa Libertadores de 2015.
Como la dejaron libre a mitad del torneo no puede anotarse en otro club.
"No es solamente mi caso, atrás de mi caso está lleno de problemas que tiene el futbol femenino. Necesitamos urgente tener algo que nos ampare, formar parte de (el sindicato) Futbolistas Argentinos Agremiados y que la AFA nos reconozca como jugadoras", añadió.
En Argentina, las futbolistas no solo no cobran por jugar sino que, en la mayoría de los casos, tienen que pagar ellas mismas la cuota social del club, la equipación o la ambulancia (que la AFA exige), entre otros gastos.
Algunas pocas afortunadas, que juegan en los equipos más poderosos, reciben dinero para los viáticos (dietas) o tienen trabajos facilitados por los clubes.
"La FIFA destina millones a la AFA por año para el desarrollo del futbol femenino y esa plata no sé dónde está. Esa plata debería ser destinada al desarrollo del torneo, a la selección. Y esa plata nunca aparece", alertó.
Sánchez
estudia trabajo social en la Universidad de Buenos Aires y es una activa militante feminista, sobre todo a través de sus redes sociales.
La futbolista argentina recibió el apoyó de decenas de jugadoras, varias de la selección argentina, quienes se solidarizaron con ella y se sumaron a su reclamo. Los varones futbolistas, en cambio, salvo excepciones, estuvieron indiferentes.