Desesperación, terror, impotencia, adjetivos que no se deben de presentar en una cancha de futbol.
Lo que vivieron aficionados del Guadalajara , en la que se debe de considerar su casa, es una muestra más de la desorganización que se vive a todos los niveles en el club tapatío, el equipo “del pueblo” como se hace llamar Chivas.
Sandra Flores García, narró por medio de sus redes sociales, el infierno que vivieron sus familiares que sólo iban a ver el juego del sábado pasado entre las Chivas y el Monterrey.
“Mi esposo, su hermano y un primo fueron agredidos en el estadio Omnilife (hoy Akron) en el partido Chivas-Monterrey , sólo por estar apoyando a su equipo”.
Las fotografías revelan toda la barbarie de la que es capaz gente que con un poco de autoridad, cree poder dañar a otro ser humano. Golpes, presumiblemente con tolete, en el cuello, en las costillas; labios reventados; ojos morados, cabezas estrelladas…
Todo por ir a apoyar al Rebaño.
“Las personas encargadas de la seguridad del estadio los sacaron, y no conforme con eso los esposaron y los golpearon brutalmente”, continúa el relato.
Hay indignación, hay miedo, hay impotencia. Las imágenes no son más que muestras fehacientes de que en el estadio de las Chivas no se puede estar seguro… “Que se haga justicia, porque no es justo que si vas a divertirte sanamente, las (personas) que se encargan de la seguridad abusen de su poder para lastimar así a las personas. Creo que (cuando) uno va a un estadio, es normal que uno grite… No sé qué les pasa a estas personas, o porqué se molestan”.
Aunque sean frases hechas, es una realidad: “Mañana puede ser algún familiar suyo, y no debe ser así, ellos están para resguardar la seguridad, no para aprovecharse de su poder… Por favor ayúdenme a hacer justicia”.
Hasta el momento no hay información acerca del estado de salud de los agredidos, sobre cuál fue su falta o sí las autoridades del estadio, del club Guadalajara, van a responder por esto y castigar a los agresores.
Pero una cosa es clara, ir a los estadios en México cada vez se vuelve más peligroso, antes se tenía que proteger de la porra rival, ahora hasta de los encargados de seguridad de la casa del Guadalajara.