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La tradición del Tricolor en Estados Unidos es celebrada de la misma manera que en cualquier otra festividad mexicana.
A tres horas del silbatazo inicial, para el primer compromiso de Gerardo Martino como entrenador del combinado nacional, el estacionamiento del SDCCU Stadium festeja la aparición de Javier Hernández, Guillermo Ochoa, Andrés Guardado y compañía.
Adoptando las costumbres estadounidenses, pero con un toque mexicano, cientos de fanáticos vestidos con la playera de la Selección, llegaron al estacionamiento del recinto para comer y beber algo, antes de ocupar sus lugares dentro del mismo, recordando los domingos en los que los Chargers representaban a San Diego en la NFL.
Sin embargo, los paisanos no cocinan hamburguesas y papas fritas. Juega México y se preparan asados, tacos, chilaquiles y tortas.
Con un clima bastante agradable (19 grados y completamente soleado), los aficionados, que no tienen la oportunidad de observar al Tricolor, aprovechan la gira por Estados Unidos para festejar al futbol.
La música de banda retruena las bocinas portátiles, mientras los seguidores mexicanos, impacientes por ingresar al estadio, mantienen el ambiente en suelo estadounidense.
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