Todos disfrutan las historias de los menos capaces que rompieron el esquema para cumplir su sueño.

Case Keenum y Nick Foles comenzaron la temporada de la NFL como los quarterbacks suplentes y mañana se disputan el pase al Super Bowl.

Las lesiones de Sam Bradford (Minnesota) y de Carson Wentz (Filadelfia) abrieron la oportunidad para que los reemplazos se conviertan en estrellas.

Después de 2016, Keenum entendió que su paso en Los Ángeles había terminado. Rams se fueron con Jared Goff como el titular y Case tuvo que buscar acomodo en otra parte.

Los Vikings confiaban en Bradford, primera selección global en 2010 —curiosamente con Rams—, pero el egresado de Oklahoma necesitaba un suplente en lo que Teddy Bridgewater se recuperaba de la lesión de rodilla que lo alejó de los emparrillados toda la campaña de 2016.

Keenum asumió el papel secundario. Sam sufrió dos roturas de ligamento cruzado como jugador de San Luis y siempre ha sido muy delicado. Antes de la Semana 3, el entonces titular sufrió una nueva lesión en la rodilla y llegó el momento de Keenum.

Bradford ganó un juego y perdió el segundo. Con Case en los controles, Vikings acumula 13 triunfos y un par de caídas.

Foles la ha tenido más fácil. Carson Wentz —baja por rotura de ligamento cruzado desde la Semana 14— llevó a Eagles hasta la cima de la NFC. Cuando el egresado de la Universidad de Arizona llegó al mando de la ofensiva tenía todo resuelto.

Su primera prueba fue el domingo pasado, ante los Falcons de Atlanta en la ronda divisional. El quarterback no lució pero sí fue ordenado y no cometió algún error que pudo perjudicar su pase a la Final de Conferencia.

No será la primera vez que un quarterback suplente busque el trofeo Vince Lombardi. El mismo Tom Brady, ganador de cinco campeonatos, era el segundo en la lista de Bill Belichick.

Drew Bledsoe era el comandante de los Patriots de Nueva Inglaterra en la temporada del 2001, pero se lesionó apenas en la segunda semana. Un jovencito Tom, de 24 años de edad, fue el que llevó a los Pats a su primer triunfo en un Super Bowl.

Hasta Roger Staubach y Terry Bradshaw estaban en la banca antes de ganar su primer título en la NFL. El máximo ícono en la historia de los Cowboys de Dallas era el reemplazo de Craig Morton hasta la Semana 4, su primer duelo como titular, ante los Giants de Nueva York, y se quedó con el puesto hasta el Super Bowl VI.

Bradshaw, cuatro veces monarca de la NFL con Steelers, tuvo que pelear por la titularidad con Joe Gilliam y Terry Hanratty, durante la campaña de 1974. El talento nato del Blonde Bomber los llevó a ganar un anillo en enero de 1975.

La “Historia de Cenicienta” más recordada en la NFL es la de Kurt Warner, un cerillo en supermercados y quarterback de la Arena Football League que llevó a los Rams de San Luis hasta el Super Bowl para ganarlo y fue nombrado Jugador Más Valioso de la temporada de 1999.

Trent Green apuntaba para ser el titular de Rams pero se quebró durante la pretemporada.

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