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¡Ya sé! Es raro que un texto de la NFL se le dedique a Chargers, que están eclipsados en su propia división, su propia ciudad y muchas veces en su propio estadio.
Pero merecen más que una casilla de resultado, al igual que ganar hace una semana contra los Broncos, pero bueno, Chargers se sienten cómodos en su rol secundario, volando por debajo del radar como mosquitas muertas listas para desplegar sus alas y dañar.
El juego de ayer contra Cardinals fue un día de campo para Chargers. Un “todo lo que pueda comer” para Philip Rivers, quien estableció un récord en la NFL al completar sus primeros 25 pases. La marca le pertenecía a Mark Brunell de los Jaguars en 2006.
Rivers terminó con 28 de 29 pases para 259 yardas y tres touchdowns. Su porcentaje de pases completos fue del 96.6%.
Aunque no está en la conversación para ser nombrado Jugador Más Valioso de la temporada, el quarterback de Chargers está teniendo números que lo hacen merecedor a tener un espacio privilegiado en este diario.
Aunque será difícil que le arrebaten el título de la división a los Chiefs, Chargers controla su camino desde la posición de comodín.
Brady rompe récord como corazones. El esposo de Gisele Bundchen —afortunado— superó la marca de 79,279 yardas lanzadas por Peyton Manning para establecerse como el mejor en la historia.
La semana de descanso fue un ungüento para los Patriots que antes de romper filas fueron vencidos por los Titans 34-10 en la peor derrota de la temporada.
El Este de la Conferencia Americana volverá a ser de Nueva Inglaterra, donde no tienen rivales.
Los Broncos de Denver continúan creando su propia suerte y mandando mensajes en la liga. Sorprendieron a Chargers hace ocho días y ayer a Steelers.
Con récord de 5-6 están en la pelea por un boleto a Playoffs.
Por segunda semana consecutiva, los Seahawks arrebataron la victoria de las fauces de la derrota contra un oponente que no aprovechó las múltiples oportunidades de anotar.
Gracias a cuatro pases de touchdown de Baker Mayfield, los Cleveland Browns pudieron experimentar algo por primera vez desde 2014: una racha ganadora.
Una vez que Leonard Fournette y los Jaguars perdieron la calma, Josh Allen y los Bills se hicieron cargo. Aprovecharon la expulsión del corredor para ganar.