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Los Eagles de Filadelfia llegan esta tarde a Minneapolis, con el objetivo de levantar su primer trofeo Vince Lombardi.

Los jugadores, personal y ejecutivos del equipo ponen toda la confianza en el head coach, Doug Pederson, como el líder y el “elegido” para derrotar a los Patriots de Nueva Inglaterra en el Super Bowl LII.

El poco experimentado entrenador en jefe siente los colores de Philly desde su época como quarterback en la NFL. Estuvo un año, 1999, bajo las órdenes de Andy Reid. Esa temporada fue suficiente para que Pederson tuviera el impacto necesario para buscar una carrera como head coach de la NFL.

La filosofía de este hombre, quien en su segundo año como la cabeza de una franquicia llevó a Filadelfia a un Super Bowl, es simple: “No importa ser el perdedor en los ojos de otros. Trabajas día a día, estudias, haces relaciones con el equipo y, eventualmente, ellos tumbarán paredes por ti”.

Esas fueron las primeras palabras de Pederson como entrenador de Eagles, después de que la mayor parte de la afición en la ciudad despreciara su contratación en 2016. La carrera de Doug en la NFL ha sido un constante camino de esfuerzo para destacar.

Las estadísticas del egresado de Northeast Louisiana no sorprenden a nadie. No fue seleccionado en el Draft de 1991, llegó a los Dolphins de Miami como parte del equipo de prácticas y jugó 100 partidos en la Liga, pero solamente 17 como titular —ganó tres, perdió el resto—.

Saltó de un equipo a otro hasta encontrar un sitio en los Packers de Green Bay... como suplente de la leyenda Brett Favre. Su mejor momento llegó en el Super Bowl XXXI, al coronarse y festejar como todo un campeón.

Después del título, Pederson quiso probar su talento ya como estelar. Los Eagles le abrieron las puertas, algo debió aprender del hoy Salón de la Fama para enseñar lo mismo al joven talento Donovan McNabb, segunda selección global del Draft de 2000.

Un año en Filadelfia y nueve cotejos como titular fueron suficientes para Doug, quien buscó suerte con los Browns de Cleveland, pero regresó a Wisconsin, donde se retiró como Packer en 2004.

Andy Reid, su head coach en su paso fugaz por Pensylvannia, lo contrató como coordinador ofensivo de los Chiefs de Kansas City. En las tres temporadas con Pederson al frente del ataque, los Chiefs clasificaron un par de veces a Playoffs, como grandes prospectos que se quedaban cortos en los momentos más importantes.

La próxima semana, el coach estará, una vez más, en un Super Bowl, pero con un papel totalmente diferente al de aquel 26 de enero de 1997 —curiosamente, frente a Patriots—. Su hombre de confianza será Nick Foles, quien refleja su carrera: un quarterback de bajo perfil, ignorado por muchos, mas con la oportunidad de coronarse en la NFL.

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