Esta noche, 32 jóvenes iniciarán una nueva etapa como deportistas. Sobre sus hombros estará el futuro de alguna franquicia con ilusiones de triunfar.
Joe Burrow, egresado de LSU y campeón nacional del futbol americano colegial, luce como el principal candidato para ser la primera selección, que le corresponde a los Bengals de Cincinnati.
El pasador tiene los atributos para destacar, pero no es garantía; de hecho, ninguno de los otros 31 lo son. En la última década se han visto grandes talentos, dignos para ser nombrados en una noche como esta. El primer ejemplo es Patrick Mahomes (pick 10 del Draft 2017), quien ya llevó a los Chiefs de Kansas City a una conquista de Super Bowl.
En apenas tres temporadas —dos de ellas como titular—, el egresado de la Universidad Texas Tec, suma un anillo de campeonato, un galardón de Jugador Más Valioso en la temporada 2018 y 76 pases de touchdown. Los números lo respaldan como una de las mejores selecciones en la década; no está solo.
JJ Watt (pick 11 en 2011), de los Texans de Houston, y Aaron Donald (pick 13 de en 2014), de los Rams de Los Ángeles, acumulan cinco menciones como mejores Defensivos del Año juntos.
Von Miller (pick 2 en 2011) es figura de los Broncos de Denver que se coronaron en el SB 50, disputado en San Francisco. En su trayectoria, acumula 489 tacleadas y 106 capturas de quarterback.
Julio Jones (pick 6 en el mismo año), de Falcons, se ha convertido en uno de los receptores más talentosos en los últimos 10 años, con 12 mil 125 yardas, 797 pases atrapados y 57 anotaciones.
Para la mala fortuna de múltiples franquicias, no todos sus prospectos llegan a ser figuras. Hay una lista negra de talentosos juveniles que fracasaron en la NF L.
Johnny Manziel fue el pick 22, seleccionado por los Browns de Cleveland, y nunca cumplió lo prometido.
Justin Blackmon (pick 5 de 2012) arribó como un diamante en bruto, mas apenas disputó 20 duelos con 93 recepciones. Para 2014 su carrera estaba terminada.