Aquella imagen de Bill Belichick aventando el teléfono con el que se comunica con los coaches que están en los palcos pudo significar la sentencia para el resto de la Liga: el legendario entrenador de los Patriots de Nueva Inglaterra no se permitirá otro deplorable año.
Y lo ha demostrado durante los primeros días de la agencia libre, con siete contrataciones que hacen pensar que el equipo —de entrada— volverá a pelear por el título en el Este de la Conferencia Americana.
Aunado a la renovación del vínculo con Cam Newton, cuya presencia como quarterback titular es un misterio, Belichick le ha dado nuevas armas a quien sea su pasador.
La más atractiva es el tight end Jonnu Smith, quien llega de los Titans de Tennessee y el año pasado tuvo siete recepciones de anotación, la mayor cantidad en su carrera.
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No es el único refuerzo en esa posición. Los Pats también cerraron a Hunter Henry, elemento que tuvo brillo con los Chargers de Los Ángeles y será buen complemento para Smith.
La organización también ha firmado a un par de receptores: Nelson Agholor, quien viene de los Raiders de Las Vegas y ha mostrado buenas manos. El otro es Kendrick Bourne, cuyo desempeño con los 49ers de San Francisco siempre fue cumplidor, más allá de que nunca tuvo un rol protagónico.
Y del otro lado del ovoide también se han dado importantes llegadas. La más trascendente es la del cornerback Jalen Mills, de quien se esperaba mucho en los Eagles de Filadelfia, aunque siempre quedó a deber.
El linebacker Matthew Judon, quien procede de los Ravens de Baltimore, luce para ser una pieza clave en la defensiva de Nueva Inglaterra. Ha sido seleccionado al Pro Bowl en un par de ocasiones.
El tackle defensivo David Godchaux, con pasado en los Dolphins de Miami, completa la lista de contrataciones de unos Patriots empecinados en demostrar que son competitivos, incluso sin Tom Brady.