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El mariscal de campo estelar de los Saints de Nueva Orleans, Drew Brees, participó este miércoles en el programa de televisión "The Ellen Show" y dijo que ahora más que nunca el pueblo estadounidense necesitaba de los deportes .
Brees habló sobre la posibilidad de jugar en estadios vacíos, diciendo que nunca había pensado en la idea de jugar sin aficionados y que sería "realmente extraño".
El histórico quarterback de la NFL dijo que "desde que comencé a jugar fútbol de la escuela secundaria de Texas, la universidad en Big Ten, hasta los partidos ahora en el Superdome, estás acostumbrado a esos ambientes ruidosos y eléctricos", comentó Brees.
"Y creo que sería realmente extraño. Tal vez solo haces clic y estás en la zona"
.
Brees
reiteró que la presencia de los aficionados es algo fundamental y que cada deportista necesita sentir cuando compite.
"Donde los aficionados realmente ayudan es cuando te golpean y derriban y te preguntas qué pasó, solo escuchas el sonido de los seguidores y generalmente te dicen si la pelota fue completa o no"
, explicó Brees.
"Si no están, obviamente, nos lo perdemos. Pero sería realmente extraño. Espero que no tengamos que vivir eso y podamos volver a la normalidad
".
Brees insistió que lo más importante de todo seguía siendo el control de la pandemia del coronavirus .
"Nuestro compromiso y apoyo con las autoridades sanitarias y gubernamentales debe ser completo, a la vez que busquemos también cómo ayudar a los que en estos momentos más lo necesitan en todos los aspectos", agregó Brees
Además, Brees también admitió que estaba está ansioso por regresar al campo este otoño y competir contra su nuevo rival en la División Sur de la Conferencia Nacional (NFC), el legendario mariscal de campo Tom Brady.
"Sí, bueno, la división mejoró un poco, ¿no?" Brees dijo con una sonrisa cuando se le preguntó acerca de Brady, el nuevo gran fichaje de los Buccaneers de Tampa Bay.
Brees y su esposa, Brittany, discutieron una variedad de asuntos con la anfitriona Ellen DeGeneres, incluida la educación en el hogar de sus cuatro hijos y su promesa de cinco millones de dólares para ayudar al estado de Luisiana a superar la pandemia de coronavirus.