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La gran emoción de debutar en la NFL tiene al mismo tiempo un gran nivel de responsabilidad, sobre todo si fuiste seleccionado en la primera ronda del Draft.
Con apenas 21 o 22 años de edad, los novatos reciben cheques millonarios y, algunos de ellos, se convierten, de manera inmediata, en la imagen de una franquicia. Tal es el caso de Joe Burrow.
La primera selección global de abril será el titular desde este domingo para los Bengals de Cincinnati, sin importar su nula experiencia en los emparrillados profesionales; ni siquiera tuvo oportunidad de tener acción en la pretemporada, debido a la pandemia de Covid-19 que obligó a cancelar los partidos de preparación.
El quarterback fue elegido después de —posiblemente— la mejor temporada en la historia de la NCAA para un quarterback, al coronarse en el Campeonato Nacional, ser galardonado con el Trofeo Heisman y cerrar una campaña invicta con LSU.
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Todavía no se presenta —lo hará el domingo frente a Chargers de Los Ángeles— y ya firmó un contrato de cuatro años y 36 millones de dólares. En la defensiva, los reflectores estarán sobre Chase Young, ala defensiva de Washington, quien pinta para convertirse en la próxima joya de la Liga, pero primero debe mostrar si, en su campaña como novato, está listo para el desafío.
Egresado de Ohio State, Young ha brillado en el campamento de pretemporada por su velocidad para llegar a los pasadores. Con 21 años de edad, usará su juventud para presionar a los rivales, bajo la tutela del coach Ron Rivera, catalogado como una de las mejores mentes defensivas en la NFL.
Otro novato con grandes expectativas es CeeDee Lamb, receptor de los Cowboys de Dallas, quien vestirá el dorsal 88, que asemeja a Michael Irwin y Del Bryant, de los más destacados en la historia de la franquicia en esa posición.
A pesar de que otro par de WR fueron seleccionados antes que él (Jerry Jeudy por Broncos y Henry Ruggs III por Raiders), a Lamb se le suma la presión por el equipo al que llega y por lo que representa.
