Con un saco azul marino y camisa blanca, el entrenador en jefe de los Eagles, Doug Pederson aterrizó ayer por la tarde con su equipo para jugar el Super Bowl LII el 4 de febrero.

Desde que vencieron a los Vikings en la Final de la NFC, los jugadores de los Eagles comenzaron a experimentar la enemistad de una ciudad que no los quiere ni los acompaña con suerte. Uno de los camiones de Filadelfia se atascó al intentar una maniobra cerca del hotel.

El incidente no pasó a mayores pero quedó como evidencia de que los Eagles volarán con el viento en contra, en su tercera aparición en un Super Bowl y la segunda en el que el rival es Tom Brady y los Patriots.

Los campeones de la NFC, decidieron arribar a Minneapolis un día antes de lo habitual para dar la oportunidad de que sus aficionados pudieran despedir al equipo en un día no laboral. Los Patriots seguirán la tradición y llegarán hoy por la tarde para estar presentes en el día de medios que se celebrará en la noche. El dueño del equipo Jeffrey Lurie viajó en el avión del equipo junto con su esposa.

En lo que podría interpretarse como una venganza por la derrota que sufrieron los Vikings, algunos restaurantes decidieron no aceptar reservaciones para cenar por parte de los jugadores de Eagles.

Sin embargo, el conjunto de Filadelfia quiere dejar de lado esos factores y disfrutar de la semana en la que la mayoría de la atención, la tendrán los Patriots.

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