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En los últimos 18 meses, Dennis Mahuffey, junto a su esposa Sara, ahorraron el 10 por ciento de las ganancias de la pizzería local que poseen en el sur de Alabama, para disfrutar, sin cartera abierta, de la semana del Super Bowl LII que comienza hoy.
Sin contar los siete mil dólares (133 mil pesos), que gastaron por el par de boletos para el 4 de febrero, el matrimonio consiguió un presupuesto de 13 mil dólares (240 mil pesos), que destinarán a cuanto capricho se les atraviese en los siguientes siete días en los que vivirán la experiencia del partido más importante de la NFL.
Los Mahuffey son parte de los 250 mil visitantes que el comité organizador del Super Bowl, calcula, estarán en las ciudades gemelas (Minneapolis / Saint Paul), para formar parte del juego entre Eagles y Patriots que tendrá un impacto económico directo de 300 millones de dólares.
El SB LII atraerá a más personas que cualquier celebración que se haya realizado en las últimas dos décadas.
Durante esta semana, las ciudades de Minnesota recibirán entre 125 mil y 250 mil visitantes, lo que generará un impacto económico inmediato de 300 millones de dólares en los cuales no se considera los gastos por boletos o artículos de la NFL.
Por segunda ocasión en la historia, Minneapolis es anfitriona del Super Bowl, pero los números de este año no se parecen a los que arrojó la edición de 1992.
Tan sólo en número de personas, el SB LII atraerá a más personas que cualquier celebración que se haya realizado en las últimas dos décadas y incluidos el Juego de Estrellas de Grandes Ligas de 2014 y la Convención Republicana de 2008.
El US Bank Stadium, inaugurado en 2016 con un costo de mil millones de dólares, funcionó como imán para atraer los ojos de la NFL y obtener la sede del Super Bowl, con lo cual Minnesota quiere mostrar al resto del mundo que la ciudad es uno de los secretos mejor guardados.
Mediante los turistas deportivos como con los 100 millones de televidentes que sintonizarán el partido, Minnesota no sólo apuesta por la derrama económica directa, si no posicionarse como una región que prospera incluso en el invierno más crudo y que es ideal para hacer negocios o visitas.
Rockport Analytics, una firma del área de Filadelfia que de forma habitual estudia la economía del Super Bowl, pronostica una derrama de 340 millones para esta edición; misma que Houston y San Francisco.