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El quarterback suplente observa cada partido desde la banca. Estudia a la defensiva rival, charla con los asistentes ofensivos y es un soporte anímico para el titular. Ese fue el trabajo de Nick Foles durante casi toda la actual temporada.

El segundo en la lista de pasadores de los Eagles de Filadelfia vio cómo Carson Wentz, en su año dos de profesional, triunfaba en cada partido de 2017, y parecía que no jugaría algún partido... hasta que el titular se lesionó. Mañana, Foles juega el Super Bowl LII.

Con un quarterback secundario, los equipos suelen perder ritmo, confianza y, en algunos casos, grandes partidos.

“Cuando Carson se lesionó, lo primero que hice fue agarrar a Nick para decirle rápidamente cómo estaba la sintonía durante las jugadas”, comentó Jason Kelce, centro de los Eagles.

En una temporada regular de 16 partidos, en un deporte de mucho contacto, las lesiones suceden muy seguido pero “cambiar de quarterback es diferente, porque él controla todo en el ataque”, subrayó Kelce.

En el último par de años, la filosofía ofensiva de Filadelfia se concentró en Carson Wentz, un quarterback atleta, con el gusto de romper las jugadas con su velocidad o la fuerza de su brazo derecho. Foles es más tradicional: se mantiene en la bolsa de protección, prefiere darle tiempo a sus receptores para estar libres y es preciso en los pases de cinco a 15 yardas.

“Con quarterbacks que les gusta correr, como Carson, —explicó el centro de Eagles— tienes que estar listo para bloquear hasta escuchar el silbato del réferi, porque se mueven mucho y extienden la jugada. Con alguien como Nick necesitas bloquear unos cuatro o cinco segundos, porque sabes que lanzará el balón”.

El sistema de Eagles se mantiene casi igual como el que tenía durante las primeras semanas de la campaña, hasta la lesión de Wentz en la 14. “Muchos intentan simular el trabajo del quarterback titular. Quieres que todos sean iguales en todos los aspectos para evitar castigos en la línea ofensiva, por ejemplo”, afirmó Kelce.

Cuando se modifica al pasador se trabaja con la línea ofensiva, receptores y corredores, porque los movimientos de cada uno son distintos y se necesita una adaptación para fortalecer la conexión entre los compañeros.

De acuerdo con John DeFilippo, coach de quarterbacks de Filadelfia, mantuvo el plan de juego muy similar cuando se confirmó la baja del titular, dejando a Foles sin la más mínima excusa.

“Nunca quieres hacer de un quarterback un robot. Siempre tienes que sacarle sus mejor aptitudes”, comentó DeFilippo.

El entrenador enfatizó que el egresado de la Universidad de Arizona no es tan veloz como Wentz, pero “es muy escurridizo”.

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