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Cuando Luis Mendoza fue transferido en el invierno de 2013 de Grandes Ligas al beisbol japonés, su nuevo equipo, los Nippon-Ham Fighters, se encargaron de que en una semana el pitcher veracruzano ya tuviera en su casa de México las pelotas con las que lanzaría en el circuito nipón a partir de 2014.

La novena japonesa sabía que la transición de la pelota Rawlings a la Mizuno tomaría más de 15 días por el tamaño y peso.

A menos de 25 días de que inicie la temporada de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), en los campos de entrenamiento, como el de Diablos Rojos del México, aún no se contaba con la esférica Franklin que este año debutará en el certamen veraniego de nuestro país.

El reloj ya empieza a ir en contra de los pitchers y peloteros de la LMB que aún no conocen la nueva pelota de 108 costuras con la que lanzarán, batearán y cacharán.

“Deberíamos estar jugando con la nueva pelota. Es importante que los jugadores la sientan. Me han comentado que es una buena pelota, que tal vez volará más que la Rawlings, pero seguro traerá algo diferente”, declaró Víctor Bojórquez, manager del conjunto escarlata.

Hasta ayer por la tarde, en la práctica de bateo previa al juego, Diablos Rojos del México y Guerreros de Oaxaca desconocían cuándo llegarían a sus campamentos la nuevas esféricas.

Ambos equipos propiedad de Alfredo Harp Helú se enfrentarán esta semana y esperan ya conocer la Franklin.

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