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Atlanta.— El Super Bowl LIII está sobre nosotros, con los Patriots y los Rams enfrentándose de nuevo, como sucedió exactamente hace 17 años cuando dio a luz la mayor dinastía en la historia de la NFL.
Los Pats prácticamente jugarán en una extensión de Foxborough, gracias a la armada que viajó para impulsar a su equipo, que de vencer igualaría a los Steelers como los más ganadores del SB (seis).
A lo largo de la semana, conocimos decenas de historias alrededor del juego, como la experiencia con la que cuenta Nueva Inglaterra para encarar el partido más importante del año para la NFL, y el hambre de Los Ángeles por regresarle un campeonato a la ciudad que reinició su amor por el futbol americano profesional.
El público apostador ha dejado bastante claro que cree en la experiencia de Tom Brady y Bill Belichick, frente al arrebato juvenil de los Rams. La línea de apuestas está -2.5 a favor de Nueva Inglaterra.
Para muchos en esta ciudad, el juego es experiencia por 34, que es el número de jugadores que los campeones de la Conferencia Americana tienen en su plantilla con pasado en algún Super Bowl, por apenas cuatro de los Rams.
Jared Goff y Sean McVay, quarterback y coach californianos, serán acosados por la veteranía de dos futuros miembros del Salón de la Fama.
Los Patriots, con su ofensiva, intentarán mantener el balón el mayor tiempo posible para no dar margen a la explosividad de los Rams, porque las estadísticas muestran que la defensiva de Nueva Inglaterra tendrá dificultades para hacerlo.
El tackle defensivo Aaron Donald será una pieza importante para Los Ángeles, durante las presiones sobre Brady, quien no ha sido capturado en los Playoffs, gracias a su ofensiva.
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