A los 23 años de edad, la vida deportiva del mexicano David Martínez —peleador de artes marciales mixtas— está poblada de retos que no le dan tregua. Hace unos días, con la humildad como su mejor aliado, se plantó en los World Games y venció a un antiguo verdugo para colgarse la medalla de oro en kickboxing.
La celebración en Alabama, al lado de su familia —que al mismo tiempo es su equipo de trabajo— fue efímera, las competencias no paran en sus dos frentes de batalla. “Me siento muy bien, aún recuperándome emocionalmente de esa gran experiencia, pero listo para lo que viene”, comparte, en entrevista con EL UNIVERSAL Deportes.
La presea dorada fue el premio a más de 20 años de entrenamiento; primero como pasatiempo, después como parte de una doble aventura, para el también médico egresado de la UNAM.
“Participamos hace cinco años en los World Games, siempre buscando este logro, y por fin se pudo concretar. Es una satisfacción. Luego del Mundial, se dieron a conocer a los ocho mejores del planeta y pude clasificar. Más de siete meses trabajando por esta medalla”, valora.
Un triunfo que lo motiva para seguir, apretar y no dar un paso atrás: “Me da motivación para seguir entrenando. Es un logro que tengo que respaldar con más trabajo, me obliga a poner más disciplina y empeño”.
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Reto en el que no va solo. Su hermana Melissa Martínez , próxima a debutar en la UFC y sus padres, secundan los sueños: “Ahora tengo que hacer la defensa de mi campeonato [peso gallo] en la empresa Combate Global . Después, a finales de año vamos a los Panamericanos de kickboxing, en busca de la clasificación a los World Combate Games”.
El capitán de la Selección Mexicana de Kickboxing agradece a la vida por las victorias y no traiciona a quien lo ve como un referente: “Este triunfo puede motivar a los chicos que vienen atrás, quiero ser una fuente de inspiración para enseñar”.