Llegó a las fuerzas básicas del Pachuca y en cuanto lo vieron lo primero que hicieron fue ponerle el apodo que lo ha hecho famoso: Chucky. Después se dieron cuenta que se llama Hirving Lozano.
Hirving, Chucky, hacía sufrir a todos desde que pisó suelo hidalguense.
Desde que pisó la cancha como profesional, Lozano mostró que era un jugador con alma, con futbol y con gol. Sólo estuvo cinco minutos en la cancha, en el juego entre el Pachuca y el América, y había vuelto loca a la defensa azulcrema, y ya les hizo un gol.
Carrera meteórica, como lo son sus pies. Debutó en 2014 como profesional, en 2016 ya era seleccionado nacional, en 2017 se había ido a Europa, al PSV Eindhoven y en 2018 era todo un mundialista. La consagración llegó en el debut del Tricolor en Rusia: El 17 de junio, en el juego contra Alemania, recibió un servicio de Javier Hernández, para recortar a los gigantes alemanes y vencer con un fuerte disparo al portero Manuel Neuer.
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