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A lo largo de la historia del boxeo han existido peleas que siempre serán recordadas, gracias a la entrega, explosividad y espectáculo que brindaron los protagonistas. En ocasiones, los púgiles, la gente y el público no quedan satisfechos con una sola contienda, por lo que deciden extenderla —a veces— a tres episodios.
Tal es el caso de Saúl Álvarez y Gennady Golovkin, quienes el sábado reanudarán su enemistad después de cuatro años.
Uno de los peleadores mexicanos que vivió algo parecido a lo que hoy experimenta el Canelo es Érik Morales, contra Marco Antonio Barrera. Dos boxeadores mexicanos que se despreciaban por completo.
El tijuanense sabe que las trilogías son encuentros muy esperados y bien vendidos, lo que hace que el peleador las viva de manera diferente, ya que todos los reflectores están en ellos.
“Es complicado, porque hay mucha presión, mucha gente alrededor. Son condiciones diferentes, pero la rivalidad es buena y siempre los boxeadores —con el ánimo de ciertas peleas— se crecen; entonces, no le veo problema a la pelea”, declaró el Terrible, en entrevista exclusiva con EL UNIVERSAL Deportes.
Para el primer campeón mexicano en cuatro diferentes divisiones, Álvarez ha sabido encender un combate que llega a destiempo, con sus declaraciones de odio a GGG.
“Tal vez, es para darle ‘sabor al caldo’, pero en realidad es una pelea que llega un poco tarde. Tiene un retraso como de dos años, la gente esperaba verla hace tiempo, así es que es importante para meter interés a la pelea”, dijo.
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