Un ex empresario argentino que ha generado titulares en toda Latinoamérica al detallar sobornos millonarios en el fútbol durante años admitió el viernes el miedo que siente a regresar a su país natal, donde dijo que no se sentiría seguro.
Alejandro Burzaco
, el testigo estrella de la fiscalía estadounidense en el juicio por corrupción en la FIFA, expresó brevemente ese temor cuando un fiscal le preguntó sobre su seguridad si regresaba a la Argentina y hasta provocó que Burzaco se emocionara al preguntarle si puede ver a sus hijos, a lo que el argentino respondió que no.
Burzaco se encuentra en arresto domiciliario, con un radio de movimiento limitado, en Nueva York tras declararse culpable de crimen organizado y otros delitos. Como parte de su acuerdo con la fiscalía testifica en la corte federal de Brooklyn en el juicio contra el ex presidente de la Conmebol, Juan Angel Napout ; el ex presidente de la federación brasileña, José María Marín ; y el ex presidente de la federación peruana, Manuel Burga .
En cuatro días de testimonio, Burzaco ha detallado la abarcadora red de influencias que manejaba a través de su compañía Torneos y Competencias y de otros negocios que, según sus propios cálculos, utilizó para pagar unos 160 millones de dólares en sobornos a unos 30 dirigentes deportivos.
El viernes, cuando el fiscal Sam Nitze le preguntó si su temor a regresar a Argentina era provocado por los tres acusados, Burzaco respondió que no. Sin embargo, Humberto Grondona, hijo del fallecido Julio Grondona, quien fue vicepresidente de la FIFA , dijo el jueves en un programa radial que más vale que Burzaco no pise tierras argentinas.
“No va a poder volver acá, a alguno no le va a gustar que él vuelva acá por más que tenga fuerza un pariente de él”, dijo Grondona en referencia a Eugenio Burzaco, secretario de Seguridad del país.
Grondona
dijo además que Burzaco mintió. Lo mismo dijo el viernes en la corte el abogado de Burga, quien acusó al argentino de ser un “mentiroso compulsivo”.
El abogado Bruce Udolf usó ese calificativo después de que la juez que preside el caso, Pamela Chen , le explicara que quiere oír la semana que viene el testimonio de Burzaco respecto a un supuesto gesto amenazador que Burga le dirigió en la sala de la corte el martes y el miércoles. Chen ha aumentado las restricciones al arresto domiciliario de Burga después de que Burzaco le acusara de mover un dedo a través del cuello, supuestamente simulando un degollamiento, mientras le miraba.
"El argumento de la fiscalía es que si (Burga) es tan descarado como para hacer esto delante de todo el mundo en la corte, incluido los fiscales, existe cierta inquietud de otras eventuales acciones que podría tomar", dijo Chen .
El miércoles, Burzaco testificó que cuando en el 2015 estalló el escándalo y se entregó a las autoridades italianas para que le enviaran a Estados Unidos recibió una llamada de su hermano avisándole que no regresara a Argentina .
“Dijo que mi seguridad estaba en riesgo”, señaló.
Durante horas de testimonio, el argentino habló esta semana de cómo su empresa, socios y compañías de medios pagaban regularmente sobornos a dirigentes de las federaciones futbolísticas a cambio de su ayuda para conseguir los derechos de transmisión de torneos.
Burzaco habló de numerosos viajes y reuniones en hoteles y restaurantes con Napout , Burga y Marín , donde se discutían y agradecían pagos con abrazos, además de las envidias y aspiraciones de éstos a puestos más altos o de las conversaciones por Whatsapp que mantenía con algunos como Napout que le pedía entradas VIP para partidos.
En la larga lista de nombres que mencionó Barzuco esta semana estaba el de Jorge Delhon, un ex funcionario del gobierno argentino que se tiró a las vías del tren en Buenos Aires el martes después de que Barzuco dijera que le pagó millones en sobornos a cambio de los derechos de producción televisiva de partidos de la segunda división argentina.
El viernes, el abogado de Marín, Jim Mitchell , preguntó a Burzaco si era cierto que en 2015 un ingeniero de computadoras contratado por Torneos y Competencias había destruido el servidor de la computadora de Eladio Rodriguez, el encargado de la empresa de catalogar los sobornos. Burzaco respondió que se había enterado de esa supuesta destrucción meses después de que ocurriera.
Burzaco negó que en Torneos existiera un plan para destruir evidencias, pero admitió que había un plan para esconder información en caso de órdenes de allanamiento con el objetivo de evitar que la información fuera obtenida por “competidores”.