Antes de que adoptara el oficio de los puños, Julio César Martínez practicó natación y pocas semanas después conoció el boxeo. Hoy busca un título mundial. "Nunca me gustó la nadada, en cambio cuando vi los guamazos me enamoraron", cuenta el púgil a EL UNIVERSAL Deportes .

Martínez

siempre vivió -y vive- en Azcapotzalco , pero para cumplir su sueño de convertirse en peleador decidió entrenarse en uno de los barrios más populares y peligrosos de la Ciudad de México: Tepito . Ni el muchacho ni su familia tenían dinero.

Así que Julio César tuvo que trabajar y entrenar en el Maracaná , mítico gimnasio en el corazón del barrio bravo, que se convirtió en su segundo hogar y Azcapotzalco sólo su ciudad dormitorio.

La rapidez y la pegada de Martínez pronto lo hicieron un buen prospecto, al menos a nivel amateur. "Tuve cerca de 250 peleas como aficionado. Gracias a Dios gané aproximadamente 220", cuenta. En 2015 hizo su debut profesional con una victoria y luego saltó a la fama un año más tarde, cuando doblegó —y prácticamente retiró—, al veterano Édgar Sosa .

Martínez enfrenta hoy a Charlie Edwards en la Arena O2 de Greenwich, Reino Unido , por el título mosca del Consejo Mundial de Boxeo , en la pelea que él llama "la oportunidad de su vida” porque será la primera vez que disputa un título absoluto y también es la primera ocasión en la que viaja al extranjero. “Si gano tengo claro lo que compraré: un departamento. Algo para que a mi esposa y mis dos hijos no les falte nada. Al fin una casita que sea para nosotros”, confiesa.

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