De acuerdo con los tiempos de castigo que usualmente impone la Comisión Atlética de Nevada a los boxeadores que dan positivo por clembuterol, la pelea de desempate entre Saúl Álvarez y Gennady Golovkin, se podrá programar el 15 de septiembre para rescatar un negocio de 300 millones de dólares.
Álvarez se retiró de la esperada revancha del 5 de mayor contra GGG a raíz de un par de pruebas antidopaje que arrojaron pequeñas dosis de clembuterol que por ahora tienen al mexicano suspendido. Canelo tendrá una audiencia el 18 de abril en la que se determinará el tiempo que estará fuera del encordado.
“Lamento que haya dudas hacia mi carrera, quiero ofrecer una disculpa por todos los inconvenientes que esto ha traído, a HBO, MGM, Value, Tecate y Hennessy, a los medios y fans. Aun no siendo intencionalmente me llega una sanción y lo respeto, esto me pesa mucho. La pelea, la revancha tendrá que esperar y estoy decepcionado y triste, porque me he estado preparando para esta pelea muy dura, para demostrar que soy el mejor peso medio del mundo”, declaró Álvarez.
El abogado Ricardo Cestero entregó a la Comisión Atlética de Nevada, recibos de restaurantes y carnicerías, en un intento por demostrar que el tapatío comió carne en México antes de las pruebas positivas.
Álvarez dio positivo el 17 y 20 de febrero. La sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje es utilizada por algunos deportistas para perder peso y grasa corporal.
La primera pelea entre el mexicano y Golovkin dejó una derrama de más de 280 millones de dólares, que los promotores esperan repetir.