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Una de las máximas del boxeo es que los buenos peleadores chicos pierden con los buenos peleadores grandes.
Ante esta ley no escrita, el Canelo tratará de desafiar la historia cuando mañana enfrente al ruso Sergey Kovalev por el cinturón semipesado de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).
En mayo de este año, Álvarez unificó cetros del título mediano (160 lb, 72.6 kg), al vencer al estadounidense Daniel Jacobs en una pelea que se decidió hasta después de los 12 asaltos.
Tomando eso como referencia, Canelo subirá casi siete kilos para combatir con Kovalev en los supermedianos (175 lb, 79.4 kg).
Aunque pueda sonar ilógico, el boxeador mexicano no tuvo que ganar peso. En su día a día, Álvarez camina en 79 kilos, por lo que el trabajo que realizó junto a su equipo fue transformar la grasa de su cuerpo en músculo.
Para Saúl es su primera aparición en esta división. El diciembre de 2018 conquistó su tercer cetro en diferentes categorías al noquear en Nueva York al británico Rocky Fielding y con ello ponerse la corona supermediana (168 lb, 76.2 kg), de la Asociación Mundial de Boxeo.
Desplazándose por varias divisiones en búsqueda de más cinturones, Canelo busca un lugar en la historia.
Durante esta semana, el tapatío no descartó ascender a los cruceros (200 lb, 90.7 kg), para intentar un quinto campeonato mundial.
Ya estando ahí, lo único que faltaría a Saúl Canelo Álvarez es intentar ingresar a la categoría reina del boxeo: los pesos pesados donde los peleadores son mayores a los 90 kilogramos.
En esa división Andy Ruiz sorprendió al mundo al noquear a Anthony Joshua .
Suena descabellado ver al Canelo en esa categoría, pero el mexicano ha dicho que no cree en los límites.