La frialdad de su raza podría hacer que parezca inmutable, pero el campeón semipesado de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) disfruta el momento que vive.

Los innumerables reflectores que suelen acompañar a Saúl Álvarez también le iluminan, aunque eso no significa que el ruso esté dispuesto a ser simple comparsa mañana por la noche en la Arena T-Mobile.

Bivol está consciente de que el mejor libra por libra del mundo anhela arrebatarle su cinturón, pero él cree que puede dar la gran sorpresa sobre el ring.

“Para ser honestos, siempre he creído en mi victoria. ¿Por qué no? El boxeo es así”, atina a responder, con un inglés perfectamente articulado. “Cuando tenía 16 años de edad enfrenté dos veces a un campeón mundial amateur y le gané. Ahora, ¿por qué no puede pasar?”.

Y esa frialdad con la que se expresa no cambia cuando tiene frente a sí al hombre que arrastra multitudes en la Ciudad del Pecado. El chico de la cabellera bermellón es la estrella, pero a Bivol no le preocupa demasiado.

“Por supuesto que quiero mantener mi cinturón, ganar”, responde, aún más seco. “Él es un gran campeón, es un reto enorme para mí, pero confío en mis habilidades y en lo que puedo hacer como boxeador”.

A final de cuentas, exponer su actual campeonato frente a un genuino imán de taquilla también le ofrece diversos beneficios, que van desde lo económico hasta tener mayor proyección, que el mundo conozca quién es.

“Estoy bendecido por esta experiencia, es algo que esperé durante muchos años”, reconoce. “Quiero dar las gracias por hacer realidad esta pelea" .

“Estoy contento y confiado en poder hacer mi pelea, creo en mí y en lo que puedo hacer . Sólo me queda hacer mi trabajo”.

Dmitry

considera que tal como lo ha hecho hasta ahora, lo que le ha permitido sumar 19 victorias en igual número de peleas como profesional, más allá de que ninguno de sus anteriores adversarios luzca con los blasones que tiene al que enfrentará mañana por la noche.

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