El 27 de octubre de 2020 la familia Urías Acosta vivió un momento que jamás olvidarán: eran campeones de la mano de Julio Urias.

El pitcher mexicano cerró el sexto juego de la Serie Mundial ante los Rays de Tampa Bay, para adjudicarse el salvamento aquella noche y terminar con 32 años de sequía en la novena angelina.

Cuando cayó el último out, Urias apretó la manos y miró al cielo celebrando la consagración en la Gran Carpa. Ese momento en el montículo, quedará inmortalizado en el brazo izquierdo de Don Carlos, padre el lanzador de Culiacán.

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En el diseño también aparece el Trofeo del Comisionado, gallardete que recibe el equipo que conquista las Grandes Ligas.

Su tatuador fue quien subió la foto de la imagen que quedará inmortalizada para Julio, su familia y toda la afición de los Dodgers que volvieron a campeonar después de tres décadas.

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