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Hoy se juega el primer encuentro de la Serie Mundial 2019. Es una confrontación que parece, dijeran los fundamentalistas de la estadística, prácticamente Jurassic Park, es decir, entre dos equipos que pueden presumir al menos, de tres abridores bastante arriba del promedio. Es el regreso de la ciudad de Washington al Clásico de Otoño después de no haberlo visto desde la primera parte de la década de los treintas del siglo pasado y siendo que tiene de no celebrar un título mundial con un equipo que juegue ahí desde 1924.
Pero también como del pasado, de uno que francamente quisiéramos evitar que vuelva y como cosa no digamos menos grata, sino francamente execrable, es la inacción del Comisionado Rob Manfred con respecto de los hechos ocurridos en el festejo de los Astros de Houston con motivo de su pase al Clásico de Otoño, minutos después de que José Altuve clareara la barda del jardín izquierdo con el macanazo que eliminaba a los Yankees de Nueva York en la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
En un clunhouse lleno de champaña, de repente y sin más, Brandon Taubman, quien funge como Asistente del Gerente General de los Astros de Houston, el señor Jeff Luhnow (nacido en México, donde pasó parte de su infancia y adolescencia) se puso a gritar a tres reporteras, una de las cuales portaba un brazalete alusivo a la lucha contra la violencia doméstica, la misma cantaleta por seis veces: “Gracias a Dios obtuvimos a Osuna, estoy jodidamente contento de que hayamos obtenido a Osuna”. El incidente fue tan grotesco, que según los reportes, uno de los miembros del staff de relaciones públicas de los Astros pidió disculpas en ese momento a los presentes.
Como Usted sabe, amigo lector, Roberto Osuna fue obtenido por los Astros en gran medida porque los Azulejos de Toronto se quisieron deshacer de él desde el momento en que agredió a su pareja en un incidente en que incluso intervino la policía arrestando al lanzador, que fue suspendido por 75 juegos derivado de la política de violencia doméstica y abuso infantil de MLB.
Sobre el asunto escribió la reportera Stephanie Apstein, de Sports Illustrated, narrándolo tal y como se lo intento describir en las presentes líneas.
Esta reportera no pide sino lo que ella misma da. En una entrevista que concedió en junio de 2019, dijo que estaba aprendiendo español, pues consideraba injusto tener que preguntarle algo a un pelotero latino, cuya respuesta podría afectar su carrera, en una segunda lengua, pese a que tienen intérpretes.
Hay reportes confirmando la historia de reporteros del Houston Chronicle y de Yahoo. No sé de que estaría tan contento el orangután en cuestión, siendo que a Osuna le habían empatado ese juego, que casi se va a entradas extra de no ser por José Altuve.
Si lo de arriba estuvo como para revolverle el estómago, lo que siguió fue francamente ruin: los Astros primero declinaron hacer comentario alguno, hasta que emitieron un boletín calificando que lo escrito por Apstein como tendencioso, buscando una nota donde esta no existe y diciendo que Taubman solamente buscaba apoyar a un jugador en un momento difícil.
En primer lugar, es el propio jugador quien puede declinar una pregunta e incluso abandonar una entrevista si no se siente cómodo con ella. Nada tenía que hacer o decir el señor Taubman (por decirle de alguna manera, pues Señor no creo que sea ni haya sido nunca) a los periodistas para apoyar a nadie, ni la frase soltada al aire podía sonar a apoyo a Osuna, sino más bien a sarcasmo o quizá a franca mofa por haber recibido el palo que le complicó el juego a Houston.
Dicho lo anterior, el incidente no puede calificarse más que de una franca agresión a las reporteras y de manera particular a aquella que portaba la pulsera alusiva a la lucha contra la violencia doméstica. Las cosas por su nombre.
Recuerdo a Rob Manfred
actuar con la velocidad del rayo en la Serie Mundial de 2017, imponiendo suspensión cuando Yulieski Gurriel le dio un cuadrangular a Yu Darvish y fue captado en el festejo llegando al dugout, rasgándose los ojos en abierta burla a la fisonomía del lanzador japonés. Ahí, en velocidad estuvo bien el Comisionado, no así dictando que la suspensión que impuso a Gurriel por el incidente comenzaba a correr en la siguiente temporada y no desde ese mismo momento, en plena Serie Mundial.
Ahora, el Comisionado no ha dicho esta boca es mía, cuando se la llena de gloria alabando su política contra la violencia intrafamiliar y abuso infantil. Si bien es cierto que este incidente no entra expresamente en estos rubros, debería en ejercicio de sus facultades considerarlo como conducta en detrimento del béisbol y sancionar tanto a Taubman por acción, como a Luhnow por haber suscrito un lamentable y nauseabundo comunicado como el que expidió para pretender exculpar a su subordinado.
Si, es día de inicio de Serie Mundial, todo parece indicar que promete mucho para pelea de perros en duelo de pitcheo el agarrón entre Max Scherzer de Nacionales y Gerrit Cole de los Astros con esas 19 salidas sin perder (que lo ponen, cuidado, cada vez más cerca del punto de quiebre y de la sanjuaniza que este conlleva), sin embargo, hay cosas que no pueden dejarse pasar por fiestas y euforias de carácter deportivo. Seguimos esperando que diga algo y sobre todo que actúa, Señor Manfred …..¿o debo eliminar la palabra que puse antes de su apellido?