La buena entrada que registró el Estadio Alfredo Harp Helú, para el Juego de Estrellas de la Liga Mexicana de Beisbol, no fue obra de la casualidad.
Contrario a lo que ha sucedido en todos los juegos que ha albergado el infierno escarlata -incluido el inaugural frente a prospectos de Padres de San Diego-, la reventa no se hizo presente en el duelo que enfrenta a los mejores y más populares peloteros del circuito.
Usualmente, cuando los seguidores de los Diablos caminan por el puente que conecta el acceso 8 del Autódromo Hermanos Rodríguez con la explanada del AHH , al menos cuatro revendedores de acercan para ofrecer boletos.
“ Qué raro que hoy no hayan llegado a ofrecer sus boletos, pero qué bueno porque luego los de las taquillas salen con que se terminaron” , dijo una señora, enfundada en su franela de 'La Pandilla'.
La razón podría ser la presencia de autoridades, como el presiente de la LMB, Javier Salinas o el propio Alfredo Harp. Lo que es un hecho es que esta tarde, por el averno no deambularon almas en queja por una enfermedad del espectáculo, como es la reventa.