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El domingo por la tarde-noche, eclipsado por la Serie Mundial, el beisbol mexicano rompió una racha de fracasos que acumulaba a nivel de selecciones nacionales, al conseguir el campeonato de la Copa del Mundo Sub-23, celebrado en Barranquilla, Colombia.

Con una plantilla de peloteros de Liga Mexicana de Beisbol (LMB) no todos los que quiso —por negativa de la Liga del Pacífico— Reyes conformó un equipo con elementos en su mayoría de Guerreros de Oaxaca y Sultanes de Monterrey, protagonistas de la Serie del Rey. Para el manager tricolor, el logro en Barranquilla refleja el verdadero nivel del beisbol mexicano. “Estoy seguro que de aquí para adelante va a cambiar la confianza hacia nosotros. Contento porque fue un campeonato muy difícil”.

En la edición 2016 del Mundial Sub-23, una derrota ante Japón privó a los tricolores de pelear por las medallas, pero 'Che' Reyes considera que poco a poco las distancias se han acortado. “Se han tenido [en el pasado] malos resultados contra asiáticos, pero ya demostramos que cambiamos el chip”.

En la final, México definió el título en 10 innings, gracias a Fabricio Macías, quien conectó doblete productor de dos carreras. El abridor Carlos Morales destacó en el montículo con trabajo de ocho entradas en las que sólo permitió un hit y ponchó a seis rivales.

Orlando Piña, Norberto Obeso, y Francisco Haro fueron incluidos en el equipo ideal del Mundial.

La Selección Mexicana se fue casi en el anonimato y regresó con un título que disputaron 12 naciones incluidas potencias como República Dominicana, Puerto Rico, Corea del Sur, entre otras de Asia.

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