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El infierno comienza a preparar las calderas y en unos minutos arderá como nunca, cuando los Diablos Rojos del México salgan al diamante para enfrentar a los prospectos de los Padres de San Diego .
El puente que conecta la entrada 8 de la Ciudad Deportiva con el acceso principal del nuevo Alfredo Harp Helú , se encuentra ya pintado de rojo y la gente camina al ritmo de La Sonora Dinamita , que a un costado de las taquillas ameniza desde temprano.
Y es que eran las 4 de la tarde cuando el respetable ya descendía del metro Puebla . Llegaron horas antes para tomarse fotos, comprar un recuerdo e incluso admirar la marea de aficionados escarlata que hoy serán mayoría.
Juan Carlos Gamboa y Carlos Figueroa
, estelares de La Pandilla , salieron a la explanada y en una mesa a la orilla firmaron autógrafos a quienes se dieron cita en el AHH .
Quienes ingresan en auto a la pista del emblemático autódromo se notan desesperados, hoy encontrar lugar de estacionamiento parece ser una misión imposible.
El “¡Diablos, diablos!” retumba frente a la puerta y todo está listo para el inicio de una nueva era en la rica historia del equipo más ganador de la Liga Mexicana de Beisbol .