La nueva joya de la Ciudad de México aún tiene detalles por pulir. El recién inaugurado estadio Alfredo Harp Helú abrió sus puertas, al parecer, de manera apresurada. La afición de los Diablos Rojos del México manifestó su inconformidad por varias situaciones sufridas el fin de semana.
La zona que se adaptó como estacionamiento en el juego inaugural fue uno de los problemas. Pagar 150 pesos y caminar demasiado molestó a más de uno; los baños en la zona de los jardines resultaron otro incoveniente. Pasar por caminos complicados y la falta de alumbrado, fue tema de crítica. El “ infierno ” tiene mucho que mejorar.