Esta edición del Balón de Oro fue histórica. Más allá de ver a Karim Benzema levantar el trofeo para un francés desde que lo hiciera Zinedine Zidane, sino porque significó el fin de una era. Por primera vez desde 2008, ni Messi ni Cristiano Ronaldo integraron el top 3 de los mejores jugadores del mundo.