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Euforia y dramatismo definieron la vigésimo sexta edición del Abierto Mexicano Telcel. Considerado como uno de los mejores ATP 500 del tour mundial, el torneo guerrerense registró una asistencia de más de 60 mil fanáticos (sin contar las finales del sábado) y estrenó campeones individuales en ambas ramas.
El anuncio de un nuevo estadio, una propuesta de matrimonio y la primera mexicana clasificada a la final de los dobles femeniles, definieron este certamen como un espectáculo que garantiza sorpresas más allá de las canchas.
La historia central la protagonizó Nick Kyrgios, quien se coronó después de derrotar a los tres top 10 participantes (Rafael Nadal, Alexander Zverev y John Isner), pese a que no siempre gozó del apoyo del público mexicano, que tenía a otros favoritos.
La afición sazonó con gritos los encuentros del ahora campeón, para dejarle clara su poca empatía, pero al final supo reconocer el talento que lo llevó a levantar su quinto título ATP. Sin sonreír, Kyrgios posó con el Guaje de Plata, una postal que buscará repetir en 2020 y, por qué no, en 2021, cuando el Complejo Turístico Mundo Imperial esté listo.
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