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La vida de Arly en el deporte comenzó a temprana edad. Él mismo se recuerda como el niño al que debían llenar de actividades para apaciguar su hiperactividad. La primera disciplina que el joven realizó fue la bicicleta, herramienta que le ayudó a ir descubriendo poco a poco el mundo y desbloquear cada vez que montaba en ella un logro más.
Él mismo recuerda cuando adquirió su primera bicicleta de doble suspensión, así como su recorrido por el Ajusco, siendo el inicio de una vida intrépida y de aventuras, así como llenas de riesgo. Participó en muchas competencias de Downhill, perfeccionando su técnica cada día. Sin embargo, una ocasión, su equipo falló, y con el afán de querer seguir en la competición, aceptó utilizar otro equipo, mismo que en una rampa le hizo perder el control. “Todo pasó rápido. De un momento a otro dejé de sentir de mi pecho hacía abajo”, comenta Velásquez.
Esta caída le ocasionó una lesión; perdiendo movilidad en sus piernas, sin embargo, no fue el fin de su carrera, pero sí la pausa para replantearse cuál sería su siguiente paso. “Fueron meses de sesiones de rehabilitación. Me negaba a dejar el mundo del deporte, tenía que volver”, agrega.
De verano a invierno
Dejar la disciplina de Downhill fue un momento duro para Arly. Pasó de ser el joven atleta promesa en México a una persona que por las mañanas estudiaba y en las tardes recibía terapia física. Y a pesar de que en ocasiones las ganas de renunciar estaban presentes, el deporte no dejó de ser su fuente de inspiración y fue así como decidió seguir adelante y encontró una disciplina que lo apasionó, que le permitía seguir en contacto con la montaña y lo hacía sentir libre.
Durante la construcción de su nueva identidad, Velásquez probó la natación, tenis de mesa, baloncesto, lanzamientos y hasta silla de velocidad, entre otras actividades, pero ninguna lograba otorgarle la misma sensación que la bicicleta de montaña.
La magia regresó 7 años después del accidente. En unas vacaciones en Canadá tuvo la oportunidad de esquiar en la nieve. A partir de entonces supo que era lo que quería hacer por el resto de su vida: un atleta paralímpico y llegar hasta los Juegos Paraolímpicos de Invierno.
Representando a México este 2022
Actualmente Arly ha estado en tres ediciones de Paraolímpicos, debutó en Vancouver. Es el único mexicano que participará en los Paralímpicos de Invierno Beijing 2022. Ha destacado como uno de los 10 mejores en esquí alpino adaptado; y aunque sufrió un segundo accidente que lo llevó a una operación y a casi perder la vida, está más que listo para competir este año.
“El cuerpo no es el mismo después de una cirugía tan invasiva, no me sentía igual, sin embargo, logré llegar a los juegos de Pieonchang 2018. Cuando más nos aferramos, menos lo logramos. Estoy muy feliz de cómo estoy llegando y la mentalidad de este momento; esa es mi herramienta más fuerte frente a Beijing”.
Uno de los sueños de Arly siempre ha sido pertenecer a un equipo y ser atleta, hoy ese anhelo es una realidad al ser parte del Team Citi, el cual patrocina 15 atletas de invierno en 9 países y 8 atletas en verano en deportes adaptados.
“Siempre quise formar parte de Team Citi de Citibanamex y cuando por fin se acercaron fue increíble, no solo es un gran reconocimiento a mi carrera, sino que se trata de un equipo que tiene los mejores atletas a nivel global. Me apoyan mucho para poder seguir con esta estrategia de lograr ciertos objetivos, agradezco que vean todas mis cualidades como atleta y persona”, añade.
Finalmente, el deportista paralímpico mexicano ha logrado vivir con limitantes, que si bien no lo han detenido, en todo momento le recuerdan cuan vulnerable es la vida y la importancia cuidarse.
“La silla de ruedas desde hace 20 años que me acompaña. No ha sido una limitante, he aprendido a domar el vehículo. Sí me topé con discriminación en la escuela, pero afortunadamente quienes me rodean siempre me apoyan. No ha sido fácil el último año, empecé a tener dolores articulares en las muñecas, pensé que era artritis, pero se trata de una inflamación derivada de misma condición. Después de sentir inmensa energía en la nieve, mi cuerpo sufría. He aprendido a poner todo en una balanza y llevar una alimentación y vida que supla el desgaste natural que vivo por la silla de ruedas”, concluye.
Te invitamos a ver la entrevista con Arly aquí .