ha despertado al medio nacional. La directora técnica ganó su primer juego a cargo de la Selección Sub-17 de México, la varonil.
Pero la revolución femenil en el futbol ya había comenzado “y no se va a detener” señala Ana María Zavala, una de las primeras mujeres en dirigir a un equipo masculino. “Somos la revolución del futbol”, asegura.
Zavala, como todas las mujeres a las que les gusta y quieren participar en el futbol, comenzó “jugando con hombres”. El destino la llevó a estar primero en Olimpiadas Nacionales, después en la Liga MX, y cuando la cancha le dijo no más, ”me metí a estudiar al ENDIT, la última escuela que me pagó mi mamá”.
Se recibió y a los pocos días le llegó: ”Me hablaron de los Delfines de Abasolo [en la Tercera División] y me ofrecieron dirigir a... ¡Hombres!”.
Lo pensó, no mucho. “Estaba en depresión, mi abuelo había muerto, no quería nada, hasta que esto llegó. Dije: ‘va’. Esto era lo que quería”, recuerda.
La convencieron y el primer contacto no fue fácil. “Cuando estaba por entrar a los vestidores, un muchacho gritó: ‘Aquí no se aceptan mujeres’. No dimensioné, me puse muy roja de la pena, pero me fajé, entré, me puse muy seria, hablé con autoridad y me gané el respeto”.
Y no sólo el de sus futbolistas, también se ganó el respeto de sus rivales: “La directiva me dijo, aspiramos al décimo, duodécimo lugar, y no... Fui por todo. Quedé en las semifinales y los muchachos al final me querían, me defendían de los gritos que venían de la tribuna”.
Esta revolución femenil nadie la para, asegura: ”Lo que está haciendo Ana Galindo en la Sub-17 es fenomenal. Entró de interina, pero ojalá haya muchas emergencias, más oportunidades”.
Hace año y medio, “cuando me preguntaban en cuánto tiempo habrá una mujer dirigiendo a un equipo nacional, dije que cinco años... Lo lograron en un año y medio. A la Mayor, varonil, llegábamos en 10, quizá me equivoque”. Son la revolución.