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Antes de que hablen las expectativas y los prejuicios sentencien, ver una nueva colección siempre es una buena noticia en relojería. Zenith presenta este Chronomaster Sport sobre la base del histórico El Primero —calibre en producción durante más de medio siglo de vida y que se renueva—. Y la pieza llega con un diseño que refuerza la filosofía deportiva de Zenith y el secreto de su eterna juventud. Ya sabemos lo que ustedes están pensando, pero se equivocan.
Chronomaster Sport vuelve rediseñado. Y apunta en la dirección que parece seguir la industria relojera: pieza sólida, calibre eficiente y código deportivo —un sport-elegant con brazalete para cualquier momento y situación—. El legado de una de las piezas (movimientos) más significativos de la historia de Zenith recobra vida bajo la interpretación de nuestro tiempo.
Gracias a la resiliencia del silencioso guardián Charles Vermot, tras la crisis del cuarzo, los relojes mecánicos comenzaron a prosperar en los 80. Y es conocido que el movimiento El Primero encontró larga vida y sustento gracias al , que necesitaba una actualización de su movimiento manual. Rolex solicitó una reducción de alternancias y la eliminación de la ventana de fecha. Empleó durante más de una década los calibres manufacturados por la firma de Le Locle.
Pero si piensan que este Chronomaster Sport es el Daytona de Zenith están equivocados. Y ese fue justamente el error del que se ha liberado la firma comandada por Julien Tornare tras esta resurrección. El nuevo Chronomaster Sport se inspira en el conocido “De Luca” de finales de los 80. Según cuenta la historia, un importador italiano así llamado, insatisfecho con las piezas de Zenith en aquel momento, pidió “ex professo” un nuevo diseño para sus clientes. Sin más imaginación que el apetito comercial, apostó por un dial panda invertido y bisel unidireccional para una pieza hermética con calibre El Primero. Las últimas piezas de la producción Chronomaster De Luca evolucionaron con pulsadores atornillados, escala taquimétrica y la aguja de “Mercedes” en una sospechosa imitación de la exitosa pieza de Rolex.
La eterna juventud
Ahora Zenith vuelve al origen de su renacimiento mecánico. Y saca lustre a El Primero, el cronógrafo automático de alta frecuencia (36,000) que ganó la batalla al Heuer/Breitling/Buren Cal. 11 y al eficiente Seiko 6139. El Primero 3600 automático mantiene su alta frecuencia y aporta una reserva de marcha de 60 horas —el movimiento mejorado implementado para el Chronomaster del 50ª aniversario—.
El calibre presenta una nueva arquitectura con rueda de pilares en color azul y masa oscilante con la estrella de las cinco puntas Zenith.
Y el nuevo traje y rostro del Chronomaster Sport adopta los atributos reconocibles del histórico A386 con los contadores tricolor y dos pulsadores tipo “bomba” más armónicos, no tan sobresalientes. Se presenta en caja de acero de 41 mm y hermético a 100 metros. Y su bisel de cerámica está marcado con las décimas de segundo como sello de precisión. La ventana de fecha se ubica entre las 4 y las 5 horas.
Chronomaster Sport se presenta con dos versiones en carátula blanca o negra con agujas e índices rodiados, facetados y recubiertos de SuperLuminova. Una pieza de diseño clásico y fresco que luce realmente bien con el brazalete de metal —también cuenta con correa de caucho con efecto “cordura”—. Pilares para otro medio de siglo de vida y la gracia de contar con la eterna juventud de seguir siendo el primer automático.