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Hace unos pocos años, se hablaba con gran emoción del nomadismo digital, un estilo de vida principalmente promovido por la generación milenial que, ante los negros ecenarios hacia los que se encaminaban la economía y las leyes laborales a inicios de siglo, se resignaron a la imposibilidad de hacerse de propiedades y de tener familias convencionales para dedicarse, mejor, a recorrer el mundo en compañía de sus gadgets: “hogar es donde hay wifi”, comenzó a ser un motto. Y así, con una laptop bajo el brazo, el celular, una tablet y quizá también un Kindle, uno podía instalar una oficina en una cafetería de Seúl, en el lobby de un hotel en Bangkok o en la barra de un bar en Manhattan. Recorrer el mundo, y al mismo tiempo trabajar y disfrutar, dando origen al luego también muy gastado término bleisure , fue más fácil que nunca. Pero hoy estamos ante un escenario cambiante, ¿volveremos a viajar igual?
Una nueva forma de recorrer el mundo
Como sucedió tras los ataques a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001, la industria de los viajes volverá a transformarse. Pero mientras se definen las nuevas formas de viajar, los trotamundos deben encontrar cómo contentar sus espíritus. Después de todo y, pese a las dificultades, todos sabemos que los flanêurs globales encontrarán su camino. Así que lo que hace Bulgari con su colección BVLGARI BVLGARI Cities es dar un empujoncito, un soplo de optimismo combinado con nostalgia para que recordemos los viajes pasados y apuntemos los destinos futuros.
El reloj que ya conocemos, evolución del modelo Bulgari Roma que nació en 1975 con la misión de consentir a los 100 mejores clientes de la firma en aquel año, es dedicado en edición especial 2020 a nueve ciudades que han sido parte de la historia relojera de Bulgari y que son, también, destinos destacados en los últimos años en el turismo urbano y parte de todas las bucket list de los viajeros que buscan el cosmopolitismo, la velocidad y la audacia que solo ofrecen las grandes capitales del mundo.
Nueve relojes para nueve ciudades
La travesía de BVLGARI BVLGARI Cities Special Edition 2020, comienza —por supuesto— en Roma, de la que se resalta su esplendor cinematográfico. Pensemos en clásicos como La dolce vita de Federico Fellini o en testigos más recientes de su poder deslumbrante como La grande bellezza de Paolo Sorrentino. La historia, la arquitectura, la comida y, por supuesto, la cuna de Bulgari, donde el griego Sotitio Boulgaris estableció, en 1881, esta famosa casa dedicada a celebrar la grandeza romana. El viaje continúa en Dubái, la utopía por excelencia cuando se habla de vanguardia y lujo ostentoso y de ahí nos lleva al Tokio de los templos y los rascacielos, al del silencio zen y el bullicio tecnológico del que Sofia Coppola nos regaló una bellísima postal con su Lost in Translation. El hogar de los Juegos Olímpicos que iban a ser y aún no son, y uno de los más grandes paraísos gourmet del mundo.
Desde ahí hay que ir a París, la ciudad que siempre nos queda. Para Bulgari, el gran análogo de Roma en tanto a diseño y cultura. La Ciudad Luz de la Generación Perdida, llena de callejones y recovecos que regalan lo mismo majestuosidad y sordidez. Luego, tan solo cruzar un canal, hay que encontrarse con Londres y su neblina, su literatura, sus famosos royal y sus estrellas de rock. A decir de la casa romana, comparten con los londinenses una gran pasión por las artes de la India y por los jardines que, es cierto, en ambas capitales son obras de arte.
Sigue Ibiza, con sus noches interminables, sus raves a orillas del mar. “Capital del ocio moderno”, opina Bulgari sobre esta ciudad española, antes de regresar a Italia para dirigir la colección al Nuevo Mundo. Milán es la segunda escala en el país natal de la marca. Moda, arquitectura, diseño, arte… Un epicentro global de industrias creativas que ha atestiguado innovaciones como el primer reloj de cuarzo, las primeras joyas de cerámica y, por supuesto, el primer hotel Bulgari.
Cruzar el Atlántico
Finalmente es tiempo de llegar a América, y llegar, como en la divertida y estresante novela de Franz Kafka, a the old New York. La ciudad cosmopolita por excelencia, la que no se deja caer y que cambia constantemente. El escenario más brillante y lúgubre y álgido de Hollywood, y capital de Pop Art, que tanto gusta a Bulgari. Y de ahí a la Ciudad de México, un nuevo destino imprescindible para los viajeros de hoy por su escena gastronómica que es excelente tanto en los fine dining colocados en las listas de los mejores restaurantes del mundo como en los puestos de tacos callejeros que jamás cierran (o así es como era, no sabemos después). Bulgari destaca, de la capital mexicana, los colores jubilosos, aunque quienes aquí habitamos sabemos que, si bien son parte de nuestra identidad, la Ciudad de México es, más que eso, un monstruo inabarcable que, si bien se identifica con la exuberancia y los clichés al estilo de las pinturas de Frida Kahlo que el mundo toma como referencia, es más como Carlos Fuentes la definió en su novela La región más transparente, una ciudad que “no se explica […], se cree, con furia, con pasión, con desaliento…”.
Un reloj con equipaje propio
Cada reloj lleva consigo su maleta y papeles de identidad. Bulgari ha hecho para ellos, además de un grabado con el nombre de cada ciudad, dos correas, una de becerro en tono marrón y una de caucho negro. Se guarda en un elegante estuche de cuero granulado negro para protegerse durante los trayectos e incluye 12 impresiones artísticas realizadas especialmente para cada destino. Para ello, Bulgari se alió con nueve artistas jóvenes para que compartieran, cada uno, su visión de la ciudad que les fue asignada y la conexión que el lugar tiene con el ADN de Bulgari. Habrá que salir de nuevo, conocer o revisitar, para comprobar lo que las ilustraciones que acompañan a estos guardatiempos sugieren de sus identidades. Buen pretexto en caso de que el lector requiriera una motivación viajera poscuarentena.
Ficha técnica
-Caja de acero de 41 mm tratada con DLC negro con fondo transparente. El bisel está grabado con el nombre de cada ciudad. La corona es de oro rosa.
-Movimiento de fabricación mecánica con bobinado automático, calibre BLV 191, reserva de marcha de 42 h.
-Esfera granulada lacadada con índices de oro rosa. Ventana de fecha a las 3 h.
-Dos brazaletes intercambiables, uno de piel de becerro y otro de caucho negro.