De acuerdo a la astronomía, el cuásar es la fuente de energía electromagnética y de mayor luminosidad en el universo. Bajo este precepto hace su aparición una nueva pieza bajo el nombre de este astro. El nuevo reloj de Girard-Perregaux es un Neo-Tourbillon con Tres Puentes Skeleton y lo fusiona con su temática Earth to Sky de Girard-Perregaux, que se dedica este 2019 a la exploración del cosmos y la esencia del tiempo.
Así nace el modelo Quasar, un tourbillon ensamblado en una caja 45 mm hecha de zafiro transparente, que permite el paso de la luz para observar su estructura esqueletada con vistas al calibre GP9400-1035 de carga automática y una reserva de marcha de 60 horas.
Este calibre es el la reinvención del 9400, al que se le quitó la platina para dejar el movimiento suspendido en medio del vacío. Se dejaron los icónicos tres puentes de anclaje, que físicamente son indispensables para el efecto de transparencia del Quasar, hechos en titanio arenado sometidos a un tratamiento de PVD para que tomaran el color negro.
Además tiene un cristal abombado que abarca los puentes del movimiento como un domo. Su canto, de una sola pieza, es redondeado en los costados y angular al nivel de las asas.
El Quasar es el resultado de la aplicación de diversos principios que van desde la patente de 1884 con la creación de tres puentes visibles por el lado de su esfera esqueletada hasta el Neo-Tourbillon con Tres Puentes de 2015 y la fusión del uso del zafiro con una función más técnica que la de un simple cristal.
Un cuásar representa una paradoja compuesta de luz y de sombra, principio que se aplica en el Quasar de Girard-Perregaux, donde un destello de luz atraviesa el cristal de zafiro.