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Más allá de la técnica que hace vibrar las antenas de quienes escribimos sobre relojería, también somos sensibles a otros fenómenos significativos, sutiles, como el que este año protagoniza Audemars Piguet.
La Gran Dama de Le Brassus demuestra que es perfectamente posible fusionar la sofisticación mecánica de la Haute Horlogerie de cepa con una mirada fashion expresada en una variedad de colores, materiales, correas y otros recursos estéticos que la marca despliega en sus 100 lanzamientos de 2018.
Cuando me lo dijo Chadi Gruber, directora de producto y diseño, mi respuesta fue un rotundo “¡wow!”. Por supuesto, no todas son novedades en el sentido estricto, ya que en una buena cantidad se mantiene la base y se modifican elementos, sobre todo la tonalidad de la esfera y la pulsera, o las piedras preciosas.
Nunca habíamos visto un esfuerzo de declinación tan vehemente en una de las cuatro firmas-pilares históricas y supuestamente encadenadas a una tradición escueta en expresividad. Visto así es un hito tan relevante como el desarrollo del calendario perpetuo más delgado del mundo que la marca presentó también en enero con el nombre de Royal Oak RD#2.
Audemars Piguet no ha cedido nada con este ejercicio. Más bien ha confirmado que tiene el músculo y la estrategia para mantenerse inspiradora ante el cambio generacional que está volviendo loco al sector. Como me explicó Gruber, la meta es ser “progresistas, innovadores y juveniles en medio del mundo relojero tradicional”.
Doy tres ejemplos de la fresca actitud fashionista de la casa. El primero es el uso de la cerámica que se ha ampliado tras el éxito del Royal Oak Calendario Perpetuo con caja y brazalete de cerámica negra de 2017. Ahora debutan dos Royal Oak Offshore Gran Complicación de cerámica negra y blanca, así como otros Offshore con pulsadores de cerámica azul o biseles de cerámica gris o caqui. Esta última pieza es un crono automático de acero, carátula beige, contadores cafés y correa de caucho con patrón de camuflaje. Listo para extrapolar las opiniones festivas en el año del 25 aniversario del R.O. Offshore. ¿Nuestro pronóstico? Va a arrasar.
Como no hay tabú que valga, la marca evoluciona su emblemático patrón “Tapisserie” en tres modelos Royal Oak Tourbillon Extraplano con decoración, por primera vez, “rayos de sol”. La referencia de acero tiene una esfera ciruela muy cercana al ultra violeta que Pantone ha designado color del año y la de platino luce una carátula azul con efecto ahumado y un bisel con zafiros azules en degradé . Couture en su máxima expresión.
Por último, la paleta de color explota en los cronógrafos Offshore femeninos con caja de acero, bisel con diamantes y esferas y pulseras de caucho a juego en tonalidades con nombres sugestivos como “naranja energético”, “verde ácido”, “ciruela luminoso”, "blanco sorprendente" y “rosa-pero acertado”. Esta apuesta ya la habíamos visto en los Offshore Diver del año pasado, que ahora contribuyen con opciones como “caqui con carácter”, “beige business”, “turquesa tropical” y “día en la noche púrpura”.
Toda una probadita de la hiperactividad custom made "clientecéntrica" de Audemars Piguet, para usar un término de Chadi Gruber. Y a pesar de tanta diversidad la marca conserva su carácter exclusivo al seguir limitando su producción a 40 mil relojes al año.