El filósofo esloveno Slavoj Zizek, durante una de sus charlas, dijo que saber pensar no significa necesariamente responder correctamente. El truco está en hacerse la pregunta adecuada. La revolución de HYT comenzó justo así, con una incógnita: ¿es posible medir el tiempo a través de las emociones y no de los indicadores y agujas tradicionales?
¿Existe otra forma de hacer relojería? Existe y desde hace siglos. La sociedad del antiguo Egipto resolvió de manera ingeniosa el problema de los relojes de Sol cuando se oculta el Sol. Se crearon las clepsidras, complejos sistemas de vasijas llenas de agua con un orificio en la base, cuyo tamaño era calculado para que el líquido se filtrara a cierta velocidad, en un tiempo establecido. Este conocimiento se perfeccionó en Atenas y Roma, las otras dos grandes civilizaciones occidentales.
Como un Prometeo que recibe el fuego del conocimiento, HYT decidió crear una versión moderna de las clepsidras al colocar en relojes de pulsera complejos mecanismos donde dos líquidos, uno de color y otro transparente, marcan las horas y los minutos pero también funciona de forma intuitiva como si fuera un medidor de nuestra propia energía a lo largo del día.
La tarea ha requerido 10 años de desarrollo y más de 40 millones de francos suizos invertidos. La firma no sólo es una de las más innovadoras en la industria, sino que expande sus horizontes a campos como la medicina a través de la empresa PreciHealth, donde, con base en lo aprendido en la relojería, desean construir aparatos que auxilien a personas que necesitan medicamento líquido constante con precisión en su organismo.
Es así como ciencia y arte se juntan para mostrarnos otra cara de la relojería, una más audaz y compleja. Y como ejemplo llega la última gran audacia de HYT: poner su conocimiento relojero en manos de otra ciudad con tradición acuífera: Querétaro.
La ciudad de economía emergente cuenta con un majestuoso acueducto de 74 arcos que es un símbolo de la región y fue pieza clave para declarar a Querétaro como Patrimonio de la Humanidad.
La ciudad se ha convertido en uno de los puntos más importantes del país por su creciente economía y las oportunidades que otorga a los empresarios más jóvenes. Y fue un grupo de entusiastas de la relojería quienes, a través de Be Watch & Co. propusieron a HYT que hiciera una pieza homenaje al lugar.
José Muñoz, propietario de la joyería, dice que "todo sucedió en una cena pre-SIAR en 2017. Llevo tres años de colaboración con HYT como una de nuestras firmas exclusivas en Querétaro. Les presenté a cinco clientes que tuvieron la idea de crear una pieza de edición especial que celebrara alguno de los monumentos icónicos de la ciudad. El consenso entre la firma y los clientes fue unánime cuando se mostró el modelo con el Acueducto de Querétaro como motivo decorativo exclusivo". Así nació el H0 Querétaro
El guardatiempo introdujo varias innovaciones. Su esfera, en forma de cúpula como el cristal de zafiro que la recubre, presenta un efecto tridimensional único: el panel interior permite ser decorado con un efecto tridimensional vertical en perfecta simbiosis con su diseño inconfundible.
El H0 Querétaro –primera creación de la casa dedicada especialmente a un país o ciudad– está dotado con un contorno blanco puro que simula los arcos del acueducto que cubren toda la circunferencia elevada dentro de la caja negra. El líquido verde intenso fluye sobre esta estructura, para simular el antiguo paso del agua por la edificación. En el centro de la esfera, se dibujó un mapa de la ciudad, que flota sobre dos de los fuelles del módulo de fluidos patentado. La correa lleva una decoración que trata de replicar la caída del agua. "Las cinco piezas encargadas", dice José Muñoz, "fueron entregadas inmediatamente. Ha sido un éxito inmediato. Estoy seguro que llegarán nuevos clientes que busquen algo similar, así que no sería extraño tener una segunda edición con otros colores o un sello de identidad diferente".