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Hay contrarios que generan insólitos. ¿Un sport-elegant con altas complicaciones? Ni pensarlo. ¿O sí? Patek Philippe, como Audemars Piguet con el Royal Oak RD#2 y Vacheron Constantin con su Overseas Ultra-thin Perpetual Calendar han lanzado este año su modelo más casual con la alta complicación de calendario perpetuo.
En concreto, Patek Philippe ha sorprendido en Baselworld con la Ref. 5740G, el primer Nautilus con calendario perpetuo del modelo que celebró 40 años de vida en 2016. El nuevo reloj muestra el mes, día, fecha, año bisiesto, fase lunar y ciclo de 24 horas. Todo con las cualidades genéticas del Nautilus: esfera azul con los típicos relieves horizontales, índices y agujas de oro blanco tipo bastón luminiscentes y aplicados y la combinación de acabados cepillados y pulidos que dan al reloj mucho dinamismo. También la caja con forma de ojo de buey típica de las escotillas de los barcos y el brazalete integrado a la caja.
El tamaño de la caja de 40 mm y su grosor de solo 8.42 mm lo convierten en todo un gentleman casual del siglo XXI y en el calendario perpetuo más plano de la gran dama ginebrina. Para tener una referencia, el último calendario perpetuo de Royal Oak RD # 2 mide 6.3 mm de grosor. Así que son caballeros esbeltos con altas prestaciones.
El modelo ya se ha declinado con calendario anual, cronógrafo y doble huso horario, pero nunca la idea original del genial relojero Gérald Genta ha palpitado con una gran complicación de Patek como el calibre 240 Q, un movimiento extraplano automático que ha impulsado calendarios perpetuos durante décadas. Gracias a su mecanismo con micro rotor es delgado y se puede observar a través del fondo de cristal zafiro.
La esfera, con el mismo motivo soleil de color azul que protagonizó los modelos 40 aniversario hace dos años, muestra tres displays: mes y año bisiesto a las 3 horas, fases lunares y fecha a las 6 horas y día de la semana e indicación de 24 horas a las 9 horas. Las horas y minutos son centrales y no se muestran los segundos. Varía el tono azul de la esfera, que ahora es más claro.
Una vez más, el Nautilus sigue rompiendo clichés y desafía lo establecido. Y Patek Philippe puede permitirse el lujo de evolucionar sus íconos con enfoques inesperados.
