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El gran golpe de innovación de este año no ha venido desde la esquina de la relojería mecánica suiza, sumida en un periodo de reflexión post-crisis. La revolución de 2018 se ha gestado en Japón con el sello característico de Citizen: el cuarzo sustentable.
Se trata de un concepto, pero con un impacto enorme. El Calibre 0100 Eco-Drive se presenta como el reloj de cuarzo más preciso del mundo, con una cifra de desviación de solo +/- 1 segundo por año.
Para conseguirlo ha sido necesario crear un nuevo diseño del oscilador de cuarzo, la pieza cuya estimulación eléctrica da como resultado la señal de precisión del movimiento. Este oscilador se llama AT-cut Quartz y destaca por superar de manera más eficiente las variaciones de temperatura y las sacudidas, los factores que más problemas causan a los calibres ultraprecisos.
También se ha aumentado la frecuencia de señal, que pasa de los 32,768 hercios de los calibres de cuarzo normales a una espectacular de 8,388,608 hercios.
Este incremento conlleva una mayor necesidad de energía, aunque en el Calibre 0100 Eco-Drive esta circunstancia no es un problema al estar alimentado por energía solar: su carga completa le permite funcionar durante seis meses incluso en un espacio de oscuridad absoluta.
El Calibre 0100 Eco-Drive se ha presentado en una caja hecha íntegramente de zafiro. Su diseño, y el de la esfera, recuerda al primer reloj de bolsillo comercializado con el nombre de Citizen en 1924. Un simbólico modo de indicar que, por mucho tiempo que pase, la empresa sigue siendo la misma.
Citizen siempre se ha caracterizado por un imparable espíritu de superación y tiene una de las listas de innovaciones más jugosas de la industria. El Calibre 0100 Eco-Drive celebra el centenario de la creación de la firma.
Dos corrientes han marcado el desarrollo de Citizen en las últimas décadas y ambas están reunidas en esta última innovación. La primera es la mencionada búsqueda de la precisión y la segunda el deseo de obtener una fuente de energía limpia, conseguido gracias a la implantación de la tecnología Eco-Drive hace poco más de cuatro décadas.
La batalla por la precisión comenzó en 1973 con el lanzamiento del calibre 8810, movimiento de escasa producción pero importante al ser el primero de cuarzo comercializado por Citizen. Un año después llegó el 8600 que inauguraró la familia Cryston, emblema de la firma y su herramienta para competir con Seiko.
Juntas firmarán la edad de oro de la relojería japonesa al conquistar el mercado en los años posteriores y conseguir, en el caso de Citizen, récords tan impresionantes como los 0.98 mm de grosor del calibre 790 que lo convertían en el mecanismo de cuarzo más delgado del mundo.
Para la historia ha quedado el Cryston Mega Quartz de 1975, vendido en su momento como el reloj más preciso del mundo gracias a su desviación media de 3 segundos por año.
Aunque hasta ahora es un concepto, Citizen ya ha anunciado que parte de la tecnología del Calibre 0100 Eco-Drive estará disponible en los modelos comercializados en 2019.
Es una muestra del interés por seguir evolucionando una tecnología, la del cuarzo, actualmente encajonada entre la exclusividad de la mecánica y la rabiosa novedad de los dispositivos electrónicos. El At-cut Quartz demuestra que todavía le queda mucha vida al cuarzo.