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Lanzada en 2019, la colección Alpine Eagle ha sido la apuesta más ambiciosa de Chopard en los últimos tiempos. Un reloj que, por un lado, remite al pasado de la marca y, por el otro, se inscribe dentro de la actual tendencia de relojes de brazalete integrado. Asentada ya la colección, es el momento de echarle un poco de pimienta con esta versión Cadence 8HF.
El primer aspecto que diferencia a este modelo de las versiones anteriores es su fabricación en titanio de grado 5. Nunca este material se había usado en la colección. La llegada del titanio aporta al Alpine Eagle una considerable rebaja del peso, algo que se agradece en un reloj deportivo. Para conocer la segunda gran exclusiva del reloj tenemos que adentrarnos en su interior.
Chopard lleva desde 2012 experimentando con la alta frecuencia como un medio más para mejorar el rendimiento de sus calibres. Aquel año lanzaron al mercado el L.U.C 8HF, reloj cuyo movimiento L.U.C 01-06-L funcionaba con una frecuencia de 8 hercios (57,600 alternancias a la hora). Convertido hoy en pieza de coleccionista (apenas se fabricaron 100 piezas de aquel pionero), el L.U.C 8HF tuvo un digno sucesor en la versión Power Control de cerámica mate y, un poco más tarde, en el espectacular Superfast Power Control 919 HF. La nómina de calibres de alta frecuencia se completa ahora con el Chopard 01.12-C.
Mencionábamos antes el problema que suponen los movimientos de alta frecuencia en términos de reducción de la reserva de marcha. Cuanto más rápido funciona un escape, más energía consumirá. Este inconveniente se ha solucionado en esta ocasión mediante el uso del silicio monocristalino. Se ha empleado este material en la fabricación del áncora y su escape, los componentes que más acusan la fricción en el órgano regulador. Su revestimiento autolubricante reduce considerablemente dicha fricción y, en consecuencia, se pierde menos energía durante el correcto funcionamiento del calibre. En consecuencia, el calibre es capaz de funcionar durante 60 horas seguidas con su vertiginosa frecuencia de 57,600 alternancias a la hora, y todo ello con un solo barrilete de carga.
En apariencia similares, hay algunos pequeños ajustes estéticos que diferencia al Alpine Eagle Cadence 8HF de la versión ya conocida en acero. El más evidente es el rediseño de la escala de minutos. Desaparecen los números romanos de los cuartos (con la excepción del XII) para aligerar la estética del conjunto. Sutil cambio también en el acabado de la carátula, realizada en tono Gris de Vals en homenaje al color de los tejados del Cantón de los Grisones. El peculiar acabado circular de su superficie, bautizado por Chopard como “iris de águila”, sea realiza ahora con un patinado artesanal que permite a cada reloj ser único en el mundo. Es imposible repetir el mismo patrón de un reloj a otro.
Ligero, deportivo y elegante, el Alpine Eagle Cadence 8HF suma puntos para convertirse en el emblema de la actual colección. Cuenta para ello con su movimiento superlativo, capaz de dejar atrás a todos sus compañeros de catálogo. Solo ha necesitado para ello apretar un poco el acelerador.
CHOPARD ALPINE EAGLE CADENCE 8HF
MOVIMIENTO:
Calibre Chopard 1.12-C de carga automática de 57,600 alt/h y 60 horas de reserva de marcha.
FUNCIÓN:
Horas, minutos, segundos y fecha.
CAJA:
Titanio grado 5, 41 mm. Fondo transparente. Hermeticidad 100 m.
CARÁTULA:
Latón estampado con relieve iris de águila en color Gris de Vals. Índices y agujas con Super-LumiNova Grade X1
CORREA:
Titanio grado 5, cierre desplegable.
VERSIONES:
Edición limitada de 250 ejemplares.
PRECIO:
19,000 USD