El asesinato de 5 personas en Nuevo Laredo, Tamaulipas, supuestamente a manos de elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional removió en la memoria otros casos de homicidio cometidos por las fuerzas armadas.
La propia Sedena reconoció que personal militar de una Base de operaciones desplegado en Nuevo Laredo, Tamaulipas, accionó sus armas de fuego en contra de una camioneta pick up en la que viajaban 7 hombres; cinco de ellos murieron, uno resultó herido y uno más resultó ileso.
Entre los casos que resurgieron entre conversaciones está el de los estudiantes Javier Arredondo y Jorge Mercado , estudiantes del Tec de Monterrey que fueron asesinados en marzo de 2010 cuando salían de su universidad en el campus central de Monterrey, Nuevo León.
En el año 2019 secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, pidió una disculpa pública en nombre del estado por este homicidio.
Entre las heridas que aún permanecen abiertas también está el caso de los hermanos Almanza, Bryan y Martín, ocurrido el 3 de abril de 2010 en Ciudad Mier, Tamaulipas, cuando sicarios lanzaron un par de granadas en contra de soldados.
Ambos casos se suscitaron durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, cuya estrategia fue plantar cara al narcotráfico y la inseguridad con militares que hacían labores de seguridad.
Jorge Mercado Alonso y Javier Arredondo Verdugo, estudiantes de excelencia del Tec de Monterrey, fueron asesinados por militares a escasos metros del plantel un 19 de marzo de 2010.
Los uniformados realizaban labores de patrullaje preventivo en la ciudad de Monterrey, cuando atacaron a balazos a los estudiantes, cuyos cuerpos quedaron en la zona de la banqueta frenet al plantel educativo.
Aunque en un principio el Tec de Monterrey acató la versión de las autoridades de que los jóvenes eran narcos “armados hasta los dientes”, lo que dio pie al nombre del documental donde se retrata su caso, los guardias de seguridad sabían que se trataba de estudiantes.
Jorge Antonio Mercado Alonso, de 23 años, estudiaba la maestría en Ciencias con especialidad en Sistemas de Manufactura, mientras que Javier Francisco Arredondo Verdugo de 24 años estudiaba un doctorado en Ciencias de la Ingeniera.
Brayan y Martín Almanza fueron presuntamente asesinados por militares la tarde del sábado 3 de abril de 2010 cuando se hallaban acompañados de sus padres, cuando la familia se detuvo en un retén cuando viajaban de Matamoros por la carretera Ribereña.
La familia viajaba a bordo de una camioneta tipo Tahoe, al ver a los soldados al costado de la carretera, el conductor bajó la velocidad y tras pasar el retén, los uniformados le comenzaron a disparar a su vehículo.
En aquel entonces, el procurador general de Justicia Militar, José Luis Chávez, dio a conocer el resultado de las investigaciones que supuestamente arrojaron que los menores murieron en un enfrentamiento entre el Ejército y sicarios.
Pese a que la estrategia del presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido “abrazos no balazos”, durante su sexenio, como ocurrió en el de Felipe Calderón se han registrado homicidios de civiles a manos de militares.
Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión y muchas opciones más.
sal