A pesar de ser una condición de la piel común, el acné a menudo lleva consigo un peso emocional, exacerbado por la mirada crítica de la sociedad. Un reciente estudio revelo cómo las personas con marcas en su piel experimentan discriminación y prejuicios.
El estudio realizado por investigadores del Brigham and Women’s Hospital de Massachusetts, que encuestó a más de 1300 participantes, reveló que aquellos con manchas en la piel, especialmente el acné facial, son más propensos a ser tratados de manera negativa. Desde miradas de desprecio hasta comentarios hirientes. A raíz de esto, las personas con acné enfrentan una carga emocional adicional, afectando su autoestima y bienestar mental.
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Para llevar adelante esta prueba, los especialistas alteraron digitalmente 12 imágenes de personas con acné leve y severo. Luego, realizaron una encuesta en línea, mostrando a los encuestados una de estas imágenes y haciéndoles preguntas sobre la deseabilidad social de la persona.
El estigma asociado con el acné a menudo se traduce en suposiciones injustas sobre la higiene personal y el cuidado de la piel. Esto crea un ciclo perjudicial, ya que el estrés emocional puede agravar el acné, creando una lucha constante tanto física como emocional para quienes lo experimentan.
De igual manera, los investigadores percibieron que los encuestados eran más propensos a querer un distanciamiento social de personas con piel más oscura cuando tenían acné que otras personas con piel más clara. La presión social para alcanzar los estándares de belleza convencionales contribuye significativamente a este fenómeno.
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Las redes sociales y los medios de comunicación a menudo perpetúan imágenes de piel perfecta, lo que hace que las personas con acné se sientan excluidas y menospreciadas. “Nuestros hallazgos muestran que las actitudes estigmatizantes sobre el acné pueden afectar la calidad de vida, potencialmente al afectar las relaciones personales y las oportunidades de empleo.
El acné a menudo se percibe erróneamente como simplemente un problema cosmético. Es importante que las personas con este problema médico obtener acceso al tratamiento, como cualquier otra afección”. Concluyó el autor John Barbieri.
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