El cacao, conocido como “la bebida de los dioses” entre los mayas, tiene un origen milenario que se remonta a 1.500 a.C. en la región del río Orinoco y el río Amazonas. Aunque llegó a Europa en el siglo XVI gracias a Cristóbal Colón y Hernán Cortés, inicialmente fue rechazado por los Reyes Católicos debido a su sabor amargo y aspecto peculiar. No fue hasta 1528 que comenzó a ganar popularidad, extendiéndose su uso en diversas preparaciones culinarias, hasta ser la parte esencial del delicioso chocolate.
El cacao es rico en polifenoles, compuestos antioxidantes que contribuyen al metabolismo y pueden prevenir enfermedades crónicas. Según investigaciones de la Universidad de Harvard, este ingrediente mejora la resistencia a la insulina y regula los niveles de lípidos en la sangre, ayudando a reducir el riesgo de diabetes tipo 2. Además, su capacidad antioxidante promueve la salud arterial y protege la piel contra los efectos del sol.
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Este superalimento beneficia al sistema cardiovascular al dilatar los vasos sanguíneos mediante el óxido nítrico, lo que ayuda a disminuir la presión arterial. Estudios indican que un consumo moderado de cacao puede reducir hasta un 37% el riesgo de enfermedades cardiovasculares y un 29% el de accidentes cerebrovasculares. También se han encontrado efectos positivos en la función cognitiva gracias a su impacto en la circulación sanguínea.
Aunque los polifenoles del cacao no se absorben completamente en el intestino, sus metabolitos interactúan con la microbiota intestinal, promoviendo el crecimiento de bacterias beneficiosas como Lactobacillus y Bifidobacterium. Esto refuerza la salud intestinal y potencia el sistema inmunológico, reduciendo la presencia de microorganismos dañinos.
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El cacao contiene teobromina y teofilina, compuestos que tienen propiedades antiasmáticas. En particular, la teofilina relaja las vías respiratorias y reduce la inflamación, lo que sugiere que podría ser útil para personas con asma. Aunque estos efectos aún no se han comprobado en humanos, el consumo moderado de cacao es seguro en combinación con tratamientos médicos.
Aunque el cacao tiene propiedades beneficiosas, muchos productos comerciales contienen altos niveles de azúcares y grasas añadidas. Por ello, se recomienda optar por opciones con un alto porcentaje de cacao natural y limitar su consumo. Además, es importante tener en cuenta que el cacao puede contener pequeñas cantidades de metales pesados como plomo y cadmio, especialmente en las variedades más oscuras.
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